4 octubre 2024

EN EL MUNDO YA HABLAN DE "WASAPITIS"

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Lunes 24 de octubre de 2016.

El abuso del celular genera daños físicos en las personas. Desde el pulgar hasta la cervical.

Nadie puede discutir la importancia de su uso. Mucho menos sus ventajas. Por supuesto que la polémica crece acerca de la dependencia excesiva que genera en las personas, y las consecuencias en las relaciones sociales que suele tener. Por un lado acerca a la gente, porque la tiene comunicada y conectada, pero por el otro la aleja, sobre todo de aquellos que están cerca físicamente pero que no andan en la misma sintonía.

Se trata, ni más ni menos, que del teléfono celular. Más allá de todas las buenas y de todas las malas, han surgido inconvenientes físicos en aquellos que lo utilizan más de la cuenta.

Los teléfonos son inteligentes, pero el modo de usarlos no, y deja secuelas. Algunos médicos hablan ya de “wasapitis” para referirse al dolor intenso que aparece en los pulgares por teclear mensajes sin parar. Ocurre porque se inflama el tendón que controla el movimiento que flexiona los dedos. Para tratarla, no valen los medicamentos y hay que aplicar una medida radical: directamente limitar el uso del móvil.

La postura que adoptamos para mirar la pantalla de los celulares es, a la larga, la principal fuente de lesiones. Las cervicales están diseñadas para soportar la carga de la cabeza, pero si la inclinamos 60 grados, tiene que sostener un peso de 27 kilogramos, cinco veces más que si la mantenemos erguida. Si esta postura persiste durante horas, se sobrecargan los hombros o el cuello, y con el tiempo pueden registrarse alteraciones en la cervical.

Postura: La que adoptamos para mirar los celulares es la principal fuente de lesiones.

Por otra parte, fijar la atención en la pantalla mucho tiempo contrae los músculos suboccipitales, situados en la base del cráneo, que facilitan el movimiento de la cabeza. Esto da lugar a cefaleas e incluso sensación de mareo.

Si lo que la persona advierte o siente son dificultades respiratorias, es probable que se deba a la postura que adoptan muchas personas mientras escriben sentadas, con el tronco inclinado hacia adelante. En esta posición se cierra el tórax y disminuye la capacidad pulmonar, lo que puede suponer el origen de una cadena de efectos: el primero, la disminución de la calidad del sueño. Este, a su vez, alimenta la ansiedad que ya de por sí propicia el abuso del teléfono.

Así que lo mejor, por una cuestión de salud, sería aflojar un poco con el telefonito, ¿no?.