27 abril 2024

Crimen y pueblada: General Pinto salió a la calle a reclamar justicia

Luego de la muerte de un joven de 22 años, a manos de un delincuente que se encontraba en libertad a pesar de tener 39 causas penales, se desató la furia de parte de la comunidad y, en medio de una multitudinaria marcha, se generaron graves disturbios frente a la vivienda del imputado y en la comisaría.

 

El crimen de un joven de 22 años, identificado como Patricio Pacheco, desató una pueblada en General Pinto, donde vecinos de la comunidad marcharon pidiendo justicia, en un recorrido que tuvo sus puntos más sensibles frente a la casa del imputado, la que fue incendiada, y frente a la Comisaría, donde se generaron serios incidentes.

Todo había comenzado en horas de la madrugada cuando, cerca de las 6:30 horas, un sujeto de 21 años con un frondoso prontuario, atacó a Pacheco y lo hirió gravemente con un arma blanca.

Ocurrió en calle Villegas, entre Mitre y San Martín, en momentos que la víctima acababa de regresar de una fiesta en Germania a bordo de una combi. Fue cuando descendió del vehículo, que Leonel Sancho, de 21 años llegó al lugar en moto y lo atacó provocándole la herida que posteriormente le provocaría la muerte.

Sancho huyó del lugar en su motocicleta y, a unos 1500 metros, descartó el cuchillo. Por su parte, la víctima fue trasladada al hospital municipal donde fue intervenido de urgencia, pero finalmente falleció debido a la gravedad de la herida recibida.

Sancho, que además está imputado en otras 39 causas penales, fue capturado rápidamente por la Policía y los uniformados realizaron un rastrillaje para intentar hallar el arma homicida, lo que consiguieron minutos más tarde. El agresor fue alojado, primeramente, en la comisaría local, aunque luego fue reubicado en una seccional de la zona, quedando además, a disposición de la fiscalía en turno del Departamento Judicial de Junín.

MARCHA

En el transcurso de la mañana y las primeras horas de la tarde se pudo ver a través de las redes sociales, el dolor de familiares y amigos, pero también la bronca e indignación de gran parte de la comunidad. El asesino debería haber estado preso, sin embargo, la justicia permitió que siguiera en libertad, delinquiendo contra la propiedad en algunos casos, incitando a la pelea, o amenazando, entre otros delitos. El último fue el peor. Mató a un chico con toda la vida por delante. Un joven que ya no podrá pedir justicia.

Con el correr de las horas se empezó a organizar una marcha para la tarde del mismo sábado y, con el correr de las horas, la convocatoria se hizo masiva. Familiares y amigos de Pacheco, acompañados por cientos de vecinos, caminaron por la avenida Mitre bajo un profundo pedido de justicia. Cuando la columna pasó por la comisaría se generaron algunos incidentes que, en primer momento, no pasaron a mayores. Luego, la marcha se dirigió hacia la casa de Sancho, una vivienda semidestruida que funcionaba a modo de aguantadero. Los vecinos atacaron la casa y encendieron fuego en el interior. Al arribo de los bomberos, la misma gente impidió que se acerquen a la casa, por lo que el incendio destruyó prácticamente por completo el lugar.

Desde allí, la manifestación retornó hacia el centro de la ciudad y el epicentro volvió a ser la comisaría, que a esta altura ya se encontraba custodiada por un grupo de choque de la fuerza. Allí se generaron serios incidentes que incluyeron la rotura de vidrios de las ventanas de la comisaría, de dependencias municipales, y hasta el intento de incendiar una oficina de la sede policial. En contrapartida, la policía respondió con gases lacrimógenos y postas de goma, para intentar disipar los disturbios. Después de varios minutos de piedrazos, detonaciones y gases, los manifestantes se fueron alejando y, de a poco, la situación de tensión se fue calmando.

General Pinto ha quedado con una gran herida, provocada por el lento accionar de la justicia, que no supo contener a un delincuente con 39 causas, quien seguía generando incidentes y disturbios, que terminaron de la peor forma: con una muerte inocente.

Fuente: La Marca de Lincoln.