28 marzo 2024

Explotación laboral y condiciones inhumanas en campos de papa

En el marco de operativos realizados en dos localidades bonaerenses, la AFIP encontró a 29 personas con distintos tipos de irregularidades, como salarios no percibidos.

La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) encontró a 29 personas en situación explotación laboral, algunos de ellos "sin los más mínimos elementos de seguridad e higiene", en campos situados en las localidades bonaerenses de Lobería y Balcarce.

Según un comunicado oficial, el organismo conducido por Carlos Castagneto "encontró durante una serie de fiscalizaciones a trabajadores que se desempañaban en tareas de riego y de siembra de ese papa (...) que vivían y trabajaban en condiciones sumamente precarias".

Los operativos en esas zonas surgieron a raíz de denuncias y de tareas de investigación previa de las áreas especializadas del organismo.

Las acciones de control fueron llevadas adelante por personal de la Dirección General de Recursos de la Seguridad Social (DGRSS) y de la Dirección General Impositiva (DGI), en conjunto con los Ministerios de Trabajo de la Nación y de la provincia de Buenos Aires.

El personal de la DGRSS y de la DGI se presentó en ocho establecimientos -que declaraban estar dedicados a la producción del tubérculo- para relevar de manera presencial las condiciones laborales de los trabajadores

En total se encontraron a 29 personas con distintos tipos de irregularidades, como salarios no percibidos o inconsistencias entre las Declaraciones Juradas presentadas por los empleadores en relación a los salarios efectivamente pagados.

En ese sentido, según el comunicado oficial, los casos más graves se verificaron en 17 trabajadores que vivían en los campos en condiciones sumamente precarias, con pisos de tierra o hechos con maderas superpuestas.

Las casillas carecían de las condiciones mínimas de seguridad y de higiene, con estructuras de baños químicos pero que por dentro no tenían las correspondientes instalaciones, y no contaban con electricidad ni sistema de refrigeración para evitar que los alimentos quedaran expuestos y evitar su descomposición o que sean comidos y contaminados por roedores.

Asimismo, el personal del organismo comprobó a partir de sus propias declaraciones, que los trabajadores sufrían descuentos por el costo de los alimentos y de las garrafas que utilizaban para cocinar, por los pasajes y del seguro por accidente.