En enero de 2018 la comunidad observaba con entusiasmo la posibilidad de la reapertura de Clínica Oeste, dada por los primeros movimientos de materiales y mano de obra sobre el edificio, pero una vez más, con el correr del tiempo, los trabajos quedaron paralizados y otra vez el centro de salud parece condenado al olvido.
En aquella oportunidad, hace ya 4 años, se trabajó arduamente refacción de la mampostería general del edificio, a lo que se sumaba la construcción de un baño para personas con discapacidad, obras en el sector de la recepción, y mesa de entradas, rampa de ingreso al edificio y pintura en general.
Cabe recordar que como había trascendido en su oportunidad el edificio -que mantiene en su interior la estructura intacta-, habría sido adquirido por una entidad gremial que posee un importante número de beneficiarios de su obra social, en consorcio con un centro médico de la vecina ciudad de Junín, de reconocida trayectoria en la región.
Luego del alejamiento de sus fundadores y el fallecimiento de otros de sus principales profesionales, Clínica Oeste había cerrado sus puertas en 2005, luego de un largo proceso de agonía en el que más de 30 trabajadores, pese al apoyo de la comunidad, fueron cesanteados.
Seis años después de aquel acontecimiento, y con una fuerte inversión en aparatología y mejoras en el edificio, se intentó su reapertura, pero la quimera duró muy poco tiempo.
Luego llegó la instancia de 2018, más adelante la pandemia y ahora, desde hace largo tiempo, una paralización total de las obras.