29 marzo 2024

San Pedro: hallan fósiles de un perezoso atacado por un oso

Restos fósiles de un perezoso con signos de haber sido atacado por un oso gigante hace unos 200.000 años fueron hallados en Campo Spósito, San Pedro.

Restos fósiles de un perezoso con signos de haber sido atacado por un oso gigante hace unos 200.000 años fueron hallados en Campo Spósito, un prolífico yacimiento de fósiles ubicado en una zona conocida como Bajo del Tala, en la localidad bonaerense de San Pedro, informó este martes el Museo Paleontológico de ese localidad.

"El hallazgo realizado en San Pedro es sumamente relevante, pues proporciona una de las primeras evidencias directas de interacción entre la megafauna herbívora y los osos carnívoros", dijo Leopoldo Soibelzon, paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, investigador de Conicet y el mayor especialista en osos fósiles.

El fósil recuperado proviene de sedimentos depositados hace más de 200.000 años, en el lecho de un antiguo río. El equipo del Museo Paleontológico excava ese lugar desde 2001 y ya recuperaron decenas de piezas de diversas especies de mamíferos fósiles.

José Aguilar, director del Museo, dijo que el hueso hallado, de unos 65 centímetros de largo y unos 25 de ancho, "está fracturado hacia adentro como si alguien o algo, hubiera aplicado una enorme fuerza en dos puntos muy precisos ubicados en ambas caras del hueso".

"De inmediato comprendimos que estábamos ante una enorme mordida; de una boca tan grande como para atrapar, apretar y quebrar el brazo de un lestodonte, ya que esos animales eran bestias de casi 4 metros de largo y unos 3.000 kilogramos de peso", detalló Aguilar.

“Consideramos más probable que por la fuerza que se aplicó sobre el hueso, el oso haya atacado directamente a un lestodonte adulto, quizás de avanzada edad, produciendo esa feroz mordida en su brazo izquierdo", dijo Aguilar tras nombrar los estudios que realizaron para llegar a esa conclusión.

Soibelzon explicó que “desde hace varios años trabajamos sobre distintas hipótesis vinculadas a la dieta de estos enormes y feroces osos que habitaron América del Sur durante el Pleistoceno".

"Hemos realizado múltiples análisis empleando diferentes técnicas como la morfometría geométrica, la paleopatología, biomecánica y análisis de isótopos estables. Las evidencias que hemos recogido confirman la capacidad de estos osos gigantes para quebrar huesos y consumir carne de otros mamíferos de gran porte", detalló el paleontólogo.