Un insólito hecho ocurrió en la provincia de Córdoba, más precisamente en la localidad de Juárez Celman: un grupo de personas usurpó una capilla y puso a funcionar en el lugar diferentes negocios, entre ellos, un parripollo.
Todo comenzó hace tres años, cuando 230 familias tomaron el predio que está contiguo y empezaron largas negociaciones con las autoridades y el cura.
Si bien la mayoría de los usurpadores llegó a un acuerdo y logró acceder a una vivienda, cerca de 25 personas permanecieron en el lugar.
El grupo se redujo a ocho, integrantes de una misma familia, que lejos de irse fue por más:
tomaron la capilla y empezaron a montar diferentes emprendimientos: un kiosco, una casa lencería y por último un parripollo.
Si bien los usurpadores ya no están más, la capilla se mantiene cerrada con candados y los
pobladores no pueden ingresar. Las clases de catequesis o las comuniones o bautismos, desde hace tiempo, se celebran en la plaza principal.