Con la iglesia desierta por las restricciones de la pandemia, pero poblada y colmada por la presencia espiritual y los rostros de cada uno de los miembros de la comunidad, se celebró el 30 aniversario de la dedicación de la Iglesia Catedral.
Inspirarnos en el esfuerzo generoso de nuestros mayores para afrontar los desafíos actuales con esperanza y pasión. Tal fue el mensaje del obispo de la diócesis al con-memorar el trigésimo aniversario de la consagración del templo catedralicio nuevejuliense
Transmitida en vivo por diferentes medios virtuales ante la imposibilidad de hacerlo con fieles debido a las medidas gubernamentales sobre la pandemia, monseñor Ariel Torrado Mosconi presidió la santa Misa de acción de gracias por los treinta años de la dedicación de la iglesia y consagración del altar, concelebrada por el párroco Guillermo Gómez y los demás sacerdotes que sirven en la catedral.
En declaraciones previas, invitando a sumarse a la oración a través de las redes sociales, el obispo recordó la figura de monseñor Alejo Benedicto Gilligan, del padre “Pedrito” Traveset, del arquitecto Luis Bai quienes llevaron adelante las obras de refacción y adecuación del templo conforme a la liturgia renovada del Concilio Vaticano II. El prelado actual, instó a valorar, agradecer e inspirarnos en ese testimonio para poder estar a la altura y responder a los desafíos que este tiempo complejo e incierto nos plantea.
Asimismo convocó a un serio y profundo esfuerzo de renovación espiritual afirmando que allí encontraremos las fuerzas necesarias para no desanimarnos y seguir luchando solidaria y mancomunadamente para sobreponernos a estos momentos difíciles.
Luego invitó a la creatividad y a desplegar una amplia “imaginación pastoral” para buscar caminos nuevos de evangelización en momentos de cambios tan profundos en el mundo entero. “El llamado papal a ser `Iglesia en salida´ y `hospital de campaña´ es hoy más acuciante que nunca. Nuestra sociedad necesita la luz de la buena nueva cristiana y nuestros hermanos heridos y quebrantados por los golpes de la vida y del pe-cado necesitan el remedio de la gracia y la misericordia” enfatizó.
Finalmente llamó a no amedrentarse ante las dificultades para congregarnos en comunidad y celebrar el culto que alimenta la fe y fortalece el testimonio: “Los pastores hemos reclamado ante nuestras autoridades para que se levanten las restricciones desproporcionadas, que nos han sido impuestas, para que los fieles puedan nutrir su fe en los sacramentos” sostuvo, afirmando al mismo tiempo que los templos siguen estrictos protocolos que los convierten en lugares donde se cumplen todas las medidas sanitarias con un notable sentido de cuidado mutuo por parte de los fieles.
