25 abril 2024

FUTBOL PARA TODOS Y "TODAS"

futbol-femenino-715x478

Sábado 18 de febrero de 2017.

La Conmebol instauró una norma que obligará, desde 2019, a los clubes de Sudamérica a tener fútbol femenino para competir en torneos internacionales.

El caso es que la Conmebol volvió a emitir un comunicado advirtiendo que, aquellos clubes que no tengan fútbol femenino dentro de dos años, no podrán competir en copas internacionales.

El deporte más popular del mundo dejó hace tiempo el machismo de lado y llegó a acaparar la pasión de millones de mujeres que lo practican, tanto de forma amateur como profesional. Esta medida del ente que rige el fútbol sudamericano ayudará a eliminar distancias entre los géneros y motivará que las mujeres puedan participar de los diversos campeonatos.

En la Argentina, el fútbol femenino tiene su Primera categoría dividida en dos zonas (A y B), aunque de este certamen solamente participan seis equipos que militan en la máxima categoría en caballeros: Estudiantes, River, Boca, San Lorenzo, Huracán e Independiente.

A su vez, ningún conjunto de la B Nacional posee equipo de damas, mientras que en la B Metropolitana figuran Atlanta, Morón, UAI Urquiza, Excursionistas, Platense y Villa San Carlos. En la Primera C, en tanto, Luján y El Porvenir son los que otorgan esta posibilidad. ¿En la Primera D? Solamente Puerto Nuevo y Liniers.

Debido a estas normas, Racing, Vélez, Newell's y Rosario Central empezaron a ampliar sus instalaciones con el objetivo de brindar comodidad a sus planteles (una vez que estén conformados) a la brevedad, mientras que Lanús, Colón y Unión, que ya cuentan con equipos femeninos, están ajustando detalles para hacerlos profesionales. No obstante, Gimnasia no tiene, por lo que, si en 2019 debiera disputar un certamen como la Copa Sudamericana este año, no podría hacerlo por incumplir las reglas.

El problema se basa en una estructura ausente y difícil de llevar a cabo en medio de semejante desorganización que atraviesa la AFA, pero que en el futuro inmediato deberá adecuarse a una rama que ganó terreno y respeto.