18 abril 2024

UN AMIGO FIEL

perro

Jueves 1° de Diciembre de 2016.

Los dueños de mascotas tienen muy claro lo bien que les hace compartir la vida con sus animales. Pero más allá de la mirada general, hay situaciones específicas que destacan los efectos terapéuticos del trato con perros, que en muchos casos se utilizan para paliar muchas patologías.

Los animales son sabios por naturaleza: nos dan cariño; no nos juzgan, ni nos cuestionan, ni se ríen de nosotros; no discriminan por aspecto físico ni por los errores que hemos cometido. Pero, además, pueden citarse otros efectos buenos para nuestra salud mental. Por ejemplo, evitan el sentimiento de soledad, dado que una mascota en el hogar ayuda a que personas que viven solas se sientan más seguras de sí mismas y acompañadas. Propician un contacto y una comunicación que previene cualquier síntoma de depresión que pudiese llegar a aparecer. Y en caso de que esta patología psicológica alcance a la persona, una mascota es más que una compañía: es una responsabilidad, una obligación que ayuda a estar en pie y darle atención. En los casos de niños con dificultades en el proceso de aprendizaje de lectoescritura, refuerzan su seguridad y confianza con sus mascotas, ya que no juegan un rol evaluador ante un error.

Los animales irradian alegría y ganas de jugar, por lo que la felicidad que dan es otro punto en el que nos mejoran. Jugarles nos aumenta la oxitocina, estimula la producción de serotonina y dopamina (hormonas del bienestar) y disminuye el cortisol (hormona del estrés). Todo confluye en menos nervios y un mayor relax y bienestar. Y son un refuerzo de la autoestima: nos hacen sentir queridos, necesitados y esperados.