28 marzo 2024

LA CABEZA POR LAS NUBES

cabeza

Martes 16 de agosto de 2016.

Estás cocinando, pasando a limpio unos datos del trabajo, caminando por la calle… y de repente te das cuenta de que llevás un buen rato “en piloto automático” y sin prestarle atención a tu actividad: “¿Qué estaba cocinando yo?”.

¿Te sentís identificado? Seguro que sí. Según un estudio publicado en Science, pasamos cerca del 50% de nuestro tiempo “en las nubes” o, lo que es lo mismo, pensando en algo que nada tiene que ver con nuestra actividad presente: quizás planeando algo para el futuro, recordando un hecho del pasado o pensando en cosas que nunca han sucedido. Los resultados del trabajo revelaron también la gran capacidad de nuestra mente para evadirse: llegamos a hacerlo hasta una vez por minuto.

50% Es el tiempo en el que pensamos algo diferente a lo que estamos haciendo.

 

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores de la Universidad de Harvard desarrollaron una aplicación para iPhone que les permitió hacer un seguimiento de 2250 personas adultas con edades en torno a los 34 años. De manera aleatoria, la app les pedía cada cierto tiempo que valoraran cómo se sentían en ese momento en un rango de 0 a 100 (desde muy tristes a muy contentos). Después les preguntaban qué actividad estaban realizando en ese momento y, por último, debían responder a la cuestión: “¿Estás pensando ahora mismo en algo diferente a la actividad que estás realizando?”.

Los autores encontraron que, independientemente de la actividad realizada, las personas eran más infelices cuando se encontraban en un momento de desconexión y que el estar centrado en la tarea que se está realizando, es un buen predictor del estado de satisfacción. Resultados que confirman algo que para muchas religiones y filosofías orientales es un dogma: la capacidad de concentrarse en el “aquí” y el “ahora” es una garantía de felicidad, y nuestros viajes a las nubes tienen un costo emocional importante. El yoga y la meditación son prácticas adecuadas para entrenar la mente y trabajar la atención en el presente.

Como curiosidad, los datos también revelaron que los participantes acostumbraban a dispersar su mente mientras realizaban cualquier tarea, excepto cuando mantenían relaciones sexuales. Quizás esta actividad es otro buen ejercicio para ayudarnos a mantener la atención plena en el momento presente.

La meditación, un camino para calmar el dolor

Pregunta frecuente: ¿por qué meditar puede reducir o eliminar la percepción del dolor? Y otra más: ¿cómo se explica eso a nivel cerebral? Un reciente artículo de la revista Frontiers in Psychology intenta alcanzar una explicación. Según escriben Hiroki Nakata y otros colaboradores japoneses, la meditación reduce el dolor porque disminuye la actividad neural de diversas áreas implicadas en el procesamiento de la señal dolorosa. Uno de los mecanismos es que la meditación actúa como distractor, dirigiendo nuestra atención a otra información que no sea el dolor.