25 abril 2024

VOLVIENDO A CLASES

Lunes 29 de Febrero de 2016.

Termina el verano, se acaban las vacaciones y finaliza el tiempo del relax sin horarios fijos. ¿Cuánto pesa el comienzo del ciclo lectivo en los más chicos, y también en los más grandes?

escuela

Durante el año lectivo aparecen un montón de sensaciones encontradas. Cansancio, fastidio, alegría, o preocupación por las notas que implica un importante grado de agotamiento. Sin embargo, llegan las vacaciones y todos se distienden. ¿Cómo volver a la rutina y cómo mentalizarse?

“Últimamente noto que los chicos llegan a fin de año con una importante sensación de agotamiento, es como si la escuela pusiera una importante carga en el tramo final. Eso se contrasta frente a las vacaciones cuando todos se distienden. Esto genera que cuando el ciclo lectivo está por comenzar, los jóvenes sienten una sensación de temor e inseguridad”, explicó la psicoanalista Nora Koremblit de Vinacur.

La especialista en niños y Adolescentes e integrante de la Asociación Psicoanalítica Argentina indicó que, en ese sentido, “es muy importante considerar las condiciones en las que se terminó el ciclo escolar para fantasear como devendrá el próximo”.

“Independientemente del ciclo que se inicie, un mal fin de año hará temer más el inicio del próximo. Si las condiciones fueron buenas, no solo desde lo académico sino en cuanto a la integración social, aceptación de sus pares, exigencia adecuada, la expectativa del inicio escolar va a ser vivido con nuevas fuerzas y deseos de comenzar”, analizó.

El receso escolar y la importancia de desconectarse. La psicoanalista indicó que cómo uno se para ante la vuelta a la rutina, tiende a estar influenciado por cómo se desarrolló y experimentó el receso escolar.

“Hay chicos que no descansan. Van a la colonia desde el día 1 de las vacaciones, al final del verano en doble jornada. En muchas ocasiones esto se da porque los padres deben continuar trabajando aunque no siempre es así. Lo importante es que en condiciones ideales los niños necesitan un merecido descanso, y si es con la familia mejor. No necesariamente debe ser un periodo prolongado, pero sí que sea distinto al año escolar”, explicó.

Precisó que “es preferible que la semana anterior al inicio de clases ya estén de regreso, a fin de evitar la ansiedad de tener todo preparado y sumar complicaciones de último momento”.

“Es preferible que los padres estén disponibles a acompañar a sus hijos en el primer día de clases, tanto en nivel inicial como primaria. En secundaria son ellos los que no quieren. Sin embargo necesitan de la presencia para poder dialogar y comentar lo ocurrido en este primer día. En esta etapa los perturba en muchas ocasiones la presencia física, pero necesitan sentir que el padre esté a disposición para contar e intercambiar comentarios”, apuntó.

Volver a la rutina. En horas previas, la ansiedad juega un papel importante, incluso a la hora de dormir. Las expectativas familiares y los temores acerca de si será más difícil, más exigente, más maestras que requerirán mayor atención y dedicación escolar. “Todo eso juega en la mente de los chicos”, expresó.

En ese marco, consideró “aconsejable” para los padres “no atosigar al hijo con millones de preguntas sobre el quehacer cotidiano” ni “insistir en tono inquisidor acerca de sus primeros días de clase”.

“El propio chico va a ir graduando sus respuestas. Necesita entender que los padres están presentes para acompañarlo en esta nueva etapa, pero los padres también deben entender que no deben confundir con sus experiencias personales. Su hijo es un sujeto propio al que le pasaron, pasan y pasarán experiencias propias que no deben confundir con las que ellos vivieron”, aclaró a este medio.

Por último, recomendó que “es importante que los padres se muestren adultos frente a sus hijos y no trasladen sus propios temores e inquietudes, del mismo modo que pudieron haberlo vivido en su niñez”. “Que se muestren seguros y referentes para cualquier consulta de sus hijos también va a colaborar en un buen transitar escolar”, finalizó.