Por eso es importante conocer las reacciones que pueden presentar los animales en estas situaciones y hay que saber como tomar medidas que prevengan cualquier tipo de problema en su salud.
Los perros regulan su temperatura corporal mediante los jadeos y eliminan sudor a través de las almohadillas de sus patas. Los gatos, por su parte, lo hacen a través del lamido corporal. Cuando el exceso de calor los supera, estos métodos de “autorregulación” dejan de ser suficientes, y en su lugar pueden notarse signos que alertan, como:
- Decaimiento y/o dificultad para moverse
- Jadeo excesivo o hipersalivación
- Temblores
- Vómitos
Ante estos signos, es necesario acudir lo más rápido posible a un veterinario, y ayudarlos inmediatamente con los primeros auxilios:
- Para disminuir su temperatura corporal, es posible refrescar su cuerpo con agua a temperatura ambiental, especialmente las zonas de piel fina como axilas e ingle.
- Si no está vomitando, ofrecerle agua limpia y procurar que no se acelere al beberla, para estabilizar sus niveles de hidratación.