Pacientes con indicación médica pueden transportar o cultivar la planta. Qué afecciones se tratan, cómo tramitar el permiso.
Los caminos que recorre legalmente la planta del cannabis en el país se van diversificando. Desde la aprobación de la ley de Cannabis Medicinal en 2017, fueron apareciendo regulaciones que buscan tanto impulsar su producción industrial como garantizar el acceso a la planta o sus derivados a quienes lo necesiten con fines médicos o terapéuticos.
En este contexto, desde fines de 2020 un decreto (el 883/2020) permite obtener una autorización para cultivar o acceder al cultivo mediante un tercero, y amplía el universo de personas autorizadas para tenencia y transporte (el consumo en la vía pública sigue prohibido).
¿Qué implica esto? ¿Quiénes pueden hacer uso legal del cannabis? ¿Cómo se accede a este registro? ¿Qué patologías son las que pueden tratarse con derivados de esta planta?
Lo primero a resaltar es que las personas que pueden acceder a la planta o sus derivados deben tener una indicación médica.
Quienes cuenten con esa indicación pueden acceder a formulaciones magistrales elaboradas en farmacias autorizadas, o bien pueden inscribirse en el Registro Nacional del Programa de Cannabis (Reprocann), dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, para obtener la autorización para un “cultivo controlado“.
Para obtener este permiso, también debe certificarse que se lo usa como “tratamiento medicinal, terapéutico o paliativo del dolor”, una novedad de la reglamentación de 2020 respecto a la Ley de Cannabis Medicinal, que solo contemplaba su uso para casos de epilepsia refractaria.
Lo que permite en concreto esta resolución, y que era reclamado por muchas ONG, es el cultivo de entre 1 y 9 plantas florecidas, y el transporte de entre 1 y 6 frascos de 30 milímetros o hasta 40 gramos de flores secas.
Una entrevista médica
Para certificar entonces que quienes cultivarán lo harán con fines medicinales o terapéuticos, el Reprocann consta de un registro de médicos inscriptos en el programa, quienes por medio de una consulta podrán indicar al paciente un tratamiento con esquema cannábico.
Ahora, ¿cómo se llega a la indicación de tratamiento?
"Mediante una consulta médica como cualquier otra", dice Martina Fernández Vargas, médica inscripta en el Reprocann.
Respecto a la modalidad de la entrevista, detalla: "El paciente se presenta, yo también me presento formalmente, y les cuento que es una consulta común y corriente, yo tengo que llenar mi registro médico con datos biométricos, pero todo lo que se diga allí de ninguna manera queda grabado o expuesto", relata.
En la entrevista, el médico indaga en los motivos del paciente para requerir un tratamiento cannábico.
"De acuerdo al motivo de consulta, yo armo diferentes esquemas terapéuticos que voy a dejar plasmado en uno de los dos documentos a subir a la plataforma", detalla la profesional.
"Uno es el consentimiento informado -continúa-, que es un documento con los datos sobre la consulta (tratamientos, riesgos, beneficios), y el otro documento es la declaración jurada que firma el médico y el paciente. Luego, el equipo de Reprocann del Ministerio de Salud revisa el caso, y ellos son los que dan una respuesta", explica.
Insomnio, dolores crónicos y otras afecciones
¿Cuáles suelen ser las causas por las cuales las personas se interesan por un tratamiento cannábico?
"Son muy variadas, siempre aparece una nueva historia en las consultas. Las más frecuentes son migrañas, cuadros de ansiedad, dolores crónicos, entre ellos los del nervio ciático, dolores lumbares o cervicales que muchas veces tienen que ver con la cantidad de horas que se pasa sentado. También he atendido pacientes con diabetes, asma, VIH, y otros con diversos tipos de cáncer", precisa.
Uno de los denominadores comunes por el que los pacientes requieren estas terapias, tiene que ver con los dolores crónicos. "La terapia del dolor convencional involucra medicamentos antiinflamatorios, como el diclofenac, aspirina, ibuprofeno, pero son muy pesados para el sistema digestivo y siempre mantienen un nivel de anticoagulación en sangre", explica.
"El cannabis es antiinflamatorio pero no tiene estos efectos adversos, y en contraposición, no hay riesgo de sobredosificación notificada aún, es decir que también permite que el paciente pueda ir moderando la cantidad que está tomando sin el riesgo de sobredosificarse como sí puede pasar con el ibuprofeno", asegura.
Justamente esas dos propiedades (la de no tener efectos adversos ni riesgo de sobredosificación) fueron las que llevaron a Julián Paredes a buscar en este tipo de terapias un alivio para su migraña.
"Tomé mucho tiempo medicación tradicional, pero me daba cuenta que si bien evitaba los síntomas, me pegaba por el lado gastrointestinal", recuerda.
"Cuando leí una nota del Reprocann se me encendió la lamparita. Hice una búsqueda y me encontré con cientos de estudios con indicios de que el tratamiento con cannabis para los síntomas de migraña podía ser efectivo", cuenta.
"Ahi empecé a averiguar médicos que estén inscriptos en el Reprocann y terminé con una médica muy piola que me orientó. Ahora me trato mayormente con aceite y también con tratamiento inhalado", continúa.
El hecho de tener que tratarse de manera preventiva (si por ejemplo se expone al sol, sabe que lo dolerá la cabeza), hace del cannabis una manera efectiva de prevenir sus ataques. "Yo ya sé que si me voy un día al Tigre me va a pasar, en esos casos tomaba ibuprofeno desde antes, pero hacerlo todos los días me hacía muy mal al estómago", relata.
El insomnio y el estrés, otros grandes males de esta época, también pueden tener indicación de tratamiento cannábico según Fernández Vargas, en contraposición a drogas que se utilizan sin supervisión.
"Otra cuestión que estoy observando en las consultas es el tema del insomnio: la cantidad de gente que se automedica y que toma por ejemplo clonazepam para dormir, y muchas veces me sorprende cómo lo consiguen incluso hasta sin receta médica, y ahí está otra vez todo el riesgo de la sobredosis", plantea.
El cultivador solidario
¿Qué pasa si alguien tiene prescripto el tratamiento pero no cultiva?
Acá aparece la figura del cultivador solidario, que solo tiene derecho de tenencia, y cultiva para otros.
"Uno cuando ingresa a la página del Reprocann tiene 4 roles que puede desempeñar dentro de la plataforma: uno es el de los cultivadores, que son personas que cultivan pero no se tratan con cannabis, sino que tienen el cultivo de una persona que sí lo necesita y no lo puede hacer por diferentes cuestiones, como falta de espacio", explica la médica.
"Quienes entonces no cultiven pueden acceder al cannabis por medio de un cultivador solidario, y por eso tienen derecho a transportar: van al domicilio de su cultivador solidario, buscan su medicina, que no está en venta: se hace la cosecha solidariamente y se lo brinda al paciente", detalla Fernández Vargas.
También existe la posibilidad de que sea una ONG la autorizada para cultivar, aunque no es un trámite sencillo: "Por lo que me he enterado solo hay o dos que lo lograron hacer, pero no es tan accesible para todas las ONG, hay una serie de pasos a seguir".
Fuente: Clarin