20 abril 2024

Cumpleaños de la Virgen María


Hoy 5 de Agosto de 2020 cumple 2036 años. ¡Celebración del Cumpleaños de la Santísima Virgen!

Miércoles, 5 de agosto de 2020

Hoy es la fiesta del nacimiento de nuestra Madre en la que unimos todo nuestro agradecimiento a Dios junto a nuestro reconocimiento y estupor por tan gran don y misterio.
La creación de María para ser Madre del Señor y colaborar con Él en la obra de la salvación es un gran don que el amor infinito de Dios ha hecho a los hombres y es también un gran misterio que vivimos en la alegría de su maternidad. Misterio (insinuado y explicado en algunas revelaciones privadas), que aunque inefable, ha inspirado incontables páginas y siempre habrá algo más por decir porque de Maria nunquam satis, de María nunca se dirá lo suficiente.

Hablando de este misterio de María que va unido al misterio salvífico del Hijo, san Andrés de Creta, al unir la encarnación de Dios en la humanidad con el nacimiento de la Virgen, decía:

“Una virgen ahora ha nacido y ha sido modelada y preparada para ser la madre de Dios, el rey de todo por siempre…
Que toda la creación por tanto cante las alabanzas y dance y sea una para celebrar las glorias de este día. Que hoy haya una fiesta común para los del cielo y los de la tierra. Que cada uno, en el mundo y por encima del mundo, se una y se alegre. Porque hoy un santuario se ha construido para el Creador del universo. La criatura ha sido hecha nueva para ser morada divina del Creador”.
Sí, que el cielo se una a la tierra desbordante de gozo porque una niña nos ha sido dada, una hermana, una Madre, una reina. Una de dulce nombre, que los ángeles extasiados gustan repetir: María, María, María la más bella y más joven de toda la creación. Es ella la mujer enteramente nueva, anterior al mal de la humanidad. La Mujer de la Escritura es esa pequeñita, que desde su cuna sonríe a su Creador y Salvador. La que nace sin sombra de pecado para ser la esclava del Señor. La que será exaltada a Reina de ángeles y arcángeles y de todo el Universo.
Contemplemos en esta niña apenas nacida sus manitas, que serán dispensadoras de gracias; sus ojos, que reflejan los arcanos del cielo y han de penetrar el misterio del amor que salva; la perfecta belleza de sus rasgos, imagen de Dios; sus finos y agraciados labios, que antes de hablar bendicen, y ese frágil taloncito que ha de aplastar la cabeza a la serpiente. Admiremos ya en esta pequeña a aquella que con su sola presencia hará temblar al infierno. María, la llena de gracia, es esta hija que nos ha nacido en el secreto que sólo el cielo conoce y celebra.
Demos gloria a nuestro Dios por la obra maestra de su amor, sabiendo que en cada alabanza a la virgen estamos alabando al Creador.
Con san Cirilo de Alejandría digamos: “Te saludamos, oh María, Madre de Dios, venerable tesoro de toda la tierra, lámpara inextinguible, corona de la virginidad, cetro de recta doctrina, templo indestructible, habitáculo de Aquél que no puede ser contenido en ningún lugar, madre y virgen junta por quien en los santos evangelios es llamado “Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mt 21:9)… Por ti exultan los cielos, se alegran los ángeles y arcángeles. Por ti huyen los demonios. Por ti el diablo tentador es precipitado desde el cielo… Por ti viene el aceite de la alegría... Por ti vaticinan los profetas…
¿Quién podría celebrar en modo adecuado a María, digna de toda alabanza? Ella es Madre y virgen. ¡Oh maravilla! Este milagro me llena de asombro”.
Te saludamos Madre de Dios y Madre nuestra llena de gracia. Te saludamos bendita entre todas las mujeres a quienes todas las generaciones te han llamado y te llamarán dichosa.
Al saludarte en este día damos gloria a Dios alabando su Nombre, bendiciendo su sapientísimo designio de salvación que ha comenzado a manifestarse en este día.

¡Sea por siempre bendito, alabado y adorado nuestro Creador, Señor y Salvador en su criatura perfecta! Amén.