19 abril 2024

SE VIENE LA CARNE "LARGA VIDA"

Lunes 19 de junio de 2017.

¿Es posible conservar un bife de chorizo empaquetado al vacío, sin refrigeración, durante doce meses, sacarlo del envase y ponerlo a la parrilla? ¿O disfrutar de una hamburguesa bien jugosa sin riesgos de contraer una bacteria peligrosa, como la Escherichia coli O157 –responsable del síndrome urémico hemolítico–? Estas dos situaciones, hoy imposibles, pueden ser realidad en poco tiempo: en las próximas semanas el Código Alimentario Argentino será modificado e incluirá ocho nuevas categorías de alimentos que podrán ser irradiados con dosis precisas de radiación gamma, en plantas especiales, con la finalidad de destruir bacterias y hongos patógenos y extender sus tiempos de conservación saludable.
Según Marcia Palamara, coordinadora general de la Dirección Nacional de Agroalimentos , el nuevo código permitirá que carnes rojas y blancas, pescados y mariscos, y frutas y vegetales frescos, entre otros, sean sometidos a un “baño” de energía ionizante que tiene dos funciones: reducir la carga microbiana de patógenos y extender el tiempo de durabilidad y comercialización de los alimentos, pero sin afectar su gusto, aspecto o textura ni sus propiedades nutricionales. Hasta ahora, nuestro país autorizaba la irradiación “por producto” y sólo estaban aprobados la papa, la cebolla, el ajo, la frutilla, el champiñón, el espárrago y las especias.

Para Celina Horac, gerenta de Aplicaciones y Tecnología en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), “la irradiación sirve para esterilizar materiales biomédicos, como implantes, suturas y jeringas, y también se la estudia desde la década del 50 para prevenir la contaminación de alimentos por bacterias, parásitos u hongos y para retrasar los procesos de maduración de frutas y verduras. Esto ayuda a disminuir las pérdidas y el costo logístico”. No es casualidad que, en el mundo, anualmente se comercialicen 700 mil toneladas de alimentos irradiados en más de 200 fábricas de 56 países.

“Se irradia la comida para hacerla más segura y sirve para prevenir intoxicaciones alimentarias. Además, ayuda a preservar su vida útil durante más tiempo: yo la comería sin ningún problema”, aseguró el nutricionista Alberto Cormillot. Y agregó que “un alimento fresco irradiado prácticamente no pierde nutrientes. Hay estudios que muestran una disminución del 10% al 15% de vitaminas A y E en alguna verdura, pero también se pierden en todo proceso de cocción de las comidas”.