20 abril 2024

CUIDADOS PALIATIVOS, UN OBJETIVO MÉDICO

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Martes 20 de setiembre de 2016.

Señalan que muchas creencias sobre esta disciplina son falsas y que perjudican a pacientes y familiares.

Los cuidados paliativos son sólo para el final de la vida; la morfina es adictiva y acelera la muerte; o el dolor es inevitable, son algunos de los mitos que enfrentan a diario los médicos paliativistas, una especialidad cuyo fin es la atención multidimensional de pacientes con enfermedades crónicas degenerativas que potencialmente puedan limitar la vida.

“Los cuidados paliativos son intervenciones terapéuticas destinadas a aliviar el sufrimiento de pacientes con enfermedades que potencialmente limiten la vida”, indica el médico Nicolás Dawidowicz, responsable del Programa Nacional de Cuidados Paliativos, recientemente creado con este rango dentro del Instituto Nacional del Cáncer.

“El enfoque de este abordaje -continuó- es siempre multidimensional, y el objetivo es aliviar el dolor tanto físico como social, emocional y espiritual”.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos (Aamycp), María de los Angeles Minatel, describió que “la filosofía de los paliativos se centra en las personas y, desde este lugar, hoy es tenida como referencia para toda la medicina que comienza a ver la atención centrada en el ser humano como un indicador de calidad”.

LOS MITOS

Sin embargo, en la sociedad y en el propio ámbito de la salud, persisten algunos mitos que los especialistas consideran necesario desterrar para que “los cuidados paliativos lleguen a la mayor cantidad de personas posibles”.

Uno de los principales, instalado en los propios pacientes, es que “si me mandan a cuidados paliativos es porque estoy por morir”.

“Esta frase -asegura la doctora Minatel- es muy habitual entre los pacientes, y es falso. El objetivo de los cuidados paliativos es mejorar la calidad de vida, y los últimos días de vida son sólo una etapa de todo lo que involucran estos cuidados”.

Otro muy arraigado es el que sostiene que “si me indican morfina me voy a volver adicto, y además es porque ya no tengo otro tratamiento y me acelera la muerte”.

“Esto también es incorrecto -señala la profesional- y la resistencia a su uso no sólo se da en los pacientes sino en el sistema de salud”.

“Antiguamente -aporta el doctor Dawidowicz sobre este mismo pensamiento erróneo- se daba morfina sólo en los últimos días, por eso la asociación con la muerte inmediata e incluso con que ‘acelera el fallecimiento’, pero por supuesto es también falso. La morfina y sus derivados son drogas muy nobles, que permiten un muy buen manejo del dolor y con efectos secundarios menos nocivos que otros analgésicos. Sólo hay que saber indicarlos y controlarlos, pero para ello es central erradicar los prejuicios”.

Otro de los mitos refiere a que el cuidado paliativo es el último de los tratamientos posibles.

“Eso no sólo es falso -sostiene la doctora Minatel- sino que, por el contrario, la mayoría de los pacientes que reciben cuidados paliativos tienen una mayor sobrevida que otros con el mismo diagnóstico”.

Del mismo modo, suele creerse que en la enfermedad el dolor es inevitable y normal, sobre lo que los especialistas señalan que “no hay que resignarse al dolor, ni como paciente ni como profesional, porque existen muchos recursos para evitarlo. Es más, la indicación de los opioides no tiene que estar sujeta al diagnóstico sino al padecimiento que refiera el paciente”.