19 abril 2024

EN MANOS DE...GOOGLE

Miércoles 20 de julio de 2016.

Google, el Gran Hermano que nos controla la vida.

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“Cuando usás los servicios de Google, nos confías tu información”. Lo dice así de claro en los términos y condiciones de privacidad del motor de búsqueda más importante del mundo.

Todos sabemos que Google recolecta información sobre nosotros, ¿cierto? Pero ¿cuánta y de qué tipo? ¡Todo! Nombre, dirección, edad, correo electrónico, modelo de teléfono, proveedor de telefonía celular, plan y consumo. ¿Más? Claro: las palabras que usás con frecuencia en tus correos electrónicos, los mails que escribiste o recibiste, incluidos spam, nombres de tus contactos, sus direcciones y teléfonos, las fotografías que sacás con tu teléfono Android aunque las hayas borrado y no las subas a ninguna red social. Los sitios a los que vas, dentro y fuera del país, la fecha en la que fuiste, qué ruta tomaste y qué tan rápido llegaste. Y, obvio, la tarjeta de crédito o débito que utilizás para pagar; ni hablar de los sitios de internet que visitaste en Google, la hora en que entraste y su contenido. Todo esto está incluido en el documento de política de privacidad que nadie lee y todos aceptamos.

“¿Así que Google sabe mucho de la gente? La culpa no es de la empresa, es de la gente que sin pensar comparte demasiados datos sólo por la recompensa de una cuenta gratis de email, unos gigas extra de almacenamiento en la nube o la posibilidad de pertenecer a un mundo virtual en el que están sus amigos y conocidos”, explica Lee Munson, experto en seguridad informática. Y todo legal, avalado por los propios usuarios. No hay engaño, a lo sumo pereza de leer el interminable contrato al que le damos clic en aceptar y la resignación de que, para pertenecer a esta sociedad virtual hay que hacerlo.

“Es una mina de oro que para Google significa miles de millones de dólares”, dice un experto en seguridad.

A partir de los más de 2200 millones de usuarios activos en el mundo se generan miles de negocios... para Google, principalmente. “No vendemos tus datos”, se ataja el gigante, y aclara en el sector anuncios: “Buena parte de nuestro negocio se basa en mostrar avisos, tanto en los servicios de Google como en los sitios y aplicaciones móviles que son nuestros socios. Los avisos nos ayudan a mantener el servicio gratis para todos”.

¿Querés saber cuánto sabe Google de vos? Podés: entrá a tu Gmail, andá a “mi cuenta” y aparecerá un cartel que dice “controla tu contenido”. Y listo, frontal, sin vueltas. “Pagás tu correo, tu buscador, tu música y videos, tus mapas. Pagás todo pero no con dinero sino en datos. Es una mina de oro que para Google representa miles de millones de dólares”, remata Munson. Sí, todos a los pies del gigante.

Una lucha difícil de ganar

¿Estamos a merced de Google? Los expertos coinciden en que poco puede hacerse. “Evitar ser seguido es un esfuerzo consciente. ¿Cómo? No usando Google o haciendo actividades en máquinas distintas o con cuentas diferentes”, sugiere Mark James, experto en seguridad informática. Y da tips: “Apagar la ubicación del móvil, usar cuentas de correo infrecuentes para ir a sitios de compras, utilizar fechas de nacimiento incorrectas donde sea posible. Y nunca contar en Facebook detalles personales ni los eventos de tu vida”.