Jueves 28 de enero de 2016.
"La música no tiene fronteras", suelen decir con gran acierto quienes la componen o interpretan. Y mucha razón tienen al hacer esta afirmación, que se cumple al pie de la letra.
Es la explicación más contundente que puede encontrarse al tratar de hallar las razones por las cuales un tema compuesto específicamente para alguien puede llegar mucho más lejos de lo que se pensaba, y aún, ser adoptado por otros oídos... y otros corazones.
"Jaqueca", la agrupación de rock de la localidad de Facundo Quiroga, compuso años atrás un megahit que la distingue en su propio terruño, en todo el distrito y en la zona, pero que desde el vamos perseguía la intención de ser una suerte de "declaración de amor eterno e infinito" al Club Atlético Quiroga que se circunscribiera a sus hinchas y a todos los que conocen a la institución en esta zona.
Sin embargo, el tema "Corazón Violeta", vaya uno a saber por qué rebote caprichoso de la pelota, llegó hasta el Conurbano bonaerense, más precisamente al distrito de Campana, y dentro del mismo, al seno del barrio Villa Dálmine, que como Facundo Quiroga tiene a su propio equipo, fundado el 20 de noviembre de 1957 y que el 8 de diciembre de 2014 ascendió a la Primera B Nacional, segunda categoría del fútbol argentino, a la que accede por segunda vez; y además también es apodado "El Violeta", en honor al particular color de su camiseta, con tonos idénticos a los del equipo de nuestro distrito.
Por esos límites insospechados que tiene la música, probablemente algún hincha violeta "de allá", escuchó con atención lo que se hizo desde "acá" y se le erizó la piel, como a todos y cada uno de los quiroguenses cuando escuchan este tema.
Seguramente, de una oreja pasó a otra, y así sucesivamente, hasta convertirse también en un hit en la zona de Campana, a tal punto que el programa "Dálmine Nacional" en Radio Lamil35 FM 89.1 de la ciudad de Campana, entrevistó anoche a los integrantes de "Jaqueca" para hablar sobre la pasión violeta que los une.
Evidentemente la música no tiene fronteras..., y mucho menos la pasión.
