3 mayo 2024

La insólita historia detrás del Vía Crucis más espectacular del país

La idea del Vía Crucis submarino que se realiza en Puerto Madryn, Chubut, surgió durante un asado entre amigos.

La idea surgió hace poco más de dos décadas, durante un asado entre amigos que no pensaron que lo que tramaban revolucionaría la ciudad de Puerto Madryn y, a lo largo de los años, trascendería las fronteras: el único Vía Crucis submarino de todo el planeta.

José María Goity forma parte de la organización de este acontecimiento que es tan popular en lo religioso como en lo cultural y aseguró, en diálogo con Télam, que se trató de "una picardía estratégica" porque, resumió, "a falta de presupuesto comienza la imaginación".

El Vía Crucis submarino, un acontecimiento único en el mundo, es una mezcla de magia, sacrificio, Fe y - sobre todo - capacidad creativa, que emociona e invita a la admiración de todo aquel que tiene el privilegio de presenciar junto a miles de personas, ese espectáculo de luz, sonido, esfuerzo, y comunión entre público, kayakistas, buzos, turistas y la comunidad de Puerto Madryn.

Desde que el Cristo, interpretado por un actor local, sale de la iglesia y recorre primero las estaciones en tierra, hasta que una cruz luminosa junto al sacerdote o laico -que relatan a través de un hidrófono- son bajados a las aguas del golfo por una inmensa grúa, acompañados por kayakistas, buzos profesionales y deportivos, todo el mundo está hipnotizado por las escenas.

Un murmullo y aplausos desde el muelle y la playa, donde se amontona el público, estalla cuando emerge de las aguas el actor que personifica a Cristo -es recibido por otros actores que interpretan a habitantes de la época- y mucho más cuando aparece la cruz iluminada que es colocada junto a la otra cruz, la traída desde la tierra que ya está enclavada en la arena, y los coros de todas las iglesias comienzan a entonar himnos.

Ese maravilloso espectáculo que cumplió este viernes santo su 19 edición, fue el fruto de ese asado que, como cuenta Goity, "se pensó porque queríamos ocupar espacios en los medios buscando algo original que captara la atención".

Las primeras ediciones fueron "a pulmón", hasta el punto de diseñar "las primeras velas submarinas que teníamos adentro de frascos de mayonesa y que dábamos aire con las mangueritas de los chalecos. Y bueno, fue la verdad una locura que con el apoyo de todos los muchachos fue una cosa viable", agregó.

"Acá no hay un rédito económico -continuó-, simplemente hay un gran entusiasmo, un cariño enorme por la ciudad donde uno vive y es hacer el Vía Crucis a la manera nuestra. Acá en la Patagonia somos así", subrayó.

"Nos empezaron a llamar de muchos países porque esto levantó mucho interés, y era gracioso porque el primer Vía Crucis estábamos atajando todos los penales y de golpe nos llamaban de España, de Italia, de Turquía, de Alemania, y dijimos, ah, la pucha, ¿qué pasó? El Vaticano dio su permiso. Que todo esto que decimos en broma, por supuesto es una ceremonia religiosa con toda la seriedad que corresponde", añadió.