26 abril 2024

Cómo funciona la dopamina, el neurotransmisor que otorga y quita la felicidad

El neurotransmisor puede ser "ángel y demonio", porque tiene relación con las adicciones y con algunas enfermedades psiquiátricas y neurológicas. Cómo funciona y qué recomiendan los expertos para mantener niveles saludables de dopamina.

La dopamina es el mensajero químico responsable de que sintamos felicidad y placer. No en vano, algunos científicos le llaman la molécula de la del amor. Sin embargo, este neurotransmisor puede ser "ángel y demonio", pues también tiene relación con las adicciones y con algunas enfermedades psiquiátricas y neurológicas. En un video publicado por la BBC se explica cómo funciona y qué recomiendan los expertos para mantener niveles saludables de dopamina.

La dopamina es un neurotransmisor, es decir, una molécula que se encarga de llevar un mensaje desde las neuronas que lo producen hacia otras células. Por eso interviene en una gran cantidad de procesos como el control del movimiento, la memoria, la recompensa cerebral -ese mecanismo de nuestro cerebro que nos refuerza a repetir una conducta- o el aprendizaje.

También influye en numerosas funciones fuera del cerebro como la motilidad gastrointestinal, la liberación de hormonas, la presión arterial e incluso en la actividad de las células del sistema inmune.

La dopamina es un neurotransmisor, un mensajero químico de nuestro cerebro. Suele ser considerado como el causante de sensaciones placenteras y está presente en una gran cantidad de procesos como el control del movimiento, la memoria, el aprendizaje y la recompensa cerebral.

Pero así como nos da felicidad, la dopamina también nos la puede quitar porque es esencial para nuestra motivación. Si bien las investigaciones sobre la depresión se centran en otros neurotransmisores, los trastornos de dopamina están vinculados a síntomas como la baja motivación, pesimismo, desesperanza o anhedonia, que es la incapacidad para sentir placer.

La baja producción de dopamina se asocia a la depresión y al trastorno por déficit de atención, entre otras enfermedades, lo contrario, su exceso está vinculado a la esquizofrenia y al trastorno bipolar.

El Parkinson también está relacionado a la muerte de las neuronas que producen este neurotransmisor.