25 abril 2024

¿Por qué le tuvieron que avisar a las abejas de la reina que Isabel II había muerto?

Según una antigua tradición, el apicultor real debe comunicarles la noticia del fallecimiento del soberano a los insectos y anunciarles quién es la nueva autoridad.

Luego de once días de protocolos, fue enterrada la reina Isabel II, la monarca que estuvo a cargo de Gran Bretaña por 70 años, siendo este uno de los reinados más largos de la historia. Una de las tantas tradiciones que tiene la corona británica es informarle a las abejas de realeza que su monarca falleció.

John Chapple, el responsable de las colmenas y presidente del London Beekeepers Association, fue quien se tuvo que encargar de avisarles la triste noticia a los insectos. Según lo que trascendió, el apicultor debía decir las siguientes palabras: “el ama ha muerto, pero no te vayas. Tu amo será un buen amo para ti”. Después de esto, son envueltas con un lazo negro en señal de luto.

Antes se creía que no avisarles podía traer “desgracias”, como su muerte, perdida o la imposibilidad de crear miel.

Antes se creía que no avisarles podía traer “desgracias”, como su muerte, perdida o la imposibilidad de crear miel.

A pesar de ser una de las tradiciones más extrañas, la cual remonta a los siglos XVIII o XIX, que tiene la familia Real, no solo se les comunica un fallecimiento sino que también hay que avisarles si hay un nuevo nacimiento en la familia o el nombramiento de alguno de los miembros.

¿Qué pasa si no se sigue el protocolo?

La que se cree en la sociedad es que, en caso de no seguir la tradición, este ritual puede traer consecuencias negativas. “Se consideraba de muy mala suerte ignorar a las abejas y no comunicarles una muerte u otro acontecimiento familiar importante. No hacerlo significaba que las abejas abandonarían la colmena o perecerían”, explicó Mark Norman, folclorista británico y autor del libro: “Contar a las abejas y otras costumbres: el folclore de las tradiciones rurales”.

En una charla con The New York Times, el escritor revela que puede traer “consecuencias potencialmente graves. Es una tradición muy antigua y bien establecida, pero no algo muy conocido”. La tradición sostiene que, como parte de la familia real, al pertenecer a la monarquía, deben estar al tanto de los principales “acontecimientos” de la misma. Antes se creía que no avisarles podía traer “desgracias”, como su muerte o partida, además de la “imposibilidad” de producir miel.