19 abril 2024

Delfina Pignatiello se retira de la natación a los 22 años

La nadadora Delfina Pignatiello, de apenas 22 años, sorprendió a propios y extraños este viernes al anunciar que deja el deporte de alto rendimiento. La joven sanisidrense había asomado con fuerza como campeona mundial juvenil y había brillado en los Juegos Olímpicos de la Juventud ​que se celebraron en Buenos Aires 2018 con dos medallas plateadas.

 

Ya compitiendo entre adultos, ganó tres oros en los Panamericanos de Lima 2019, pero tuvo una muy mala experiencia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se celebraron el año pasado, en donde estuvo lejos de sus mejores marcas y comenzó a sufrir ataques de haters en redes sociales que la llevaron a alejarse momentáneamente de las competencias.

“Quisiera contarles que hace unos meses tome la decisión de hacer un paso al costado del alto rendimiento y la competencia”, sorprendió en su cuenta de Instagram donde dio la noticia con un largo posteo.

Y siguió: “Me compré una cámara de fotos y emprendí un camino artístico el cual estoy explorando con mucha curiosidad, ganas de aprender y seguir creciendo. El deporte forma parte de mi vida desde otro lado, sigo nadando y estar en el agua seguirá siendo siempre mi lugar en el mundo”.

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En diciembre del año pasado, Pignatiello se había abierto en una charla TED, ya que decidió exponer sus momentos más oscuros dentro del mundo del deporte profesional y detalló su experiencia vinculando a las redes sociales con su fama, las marcas y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

La deportista sanisidrense habló de las críticas que sufrió y que le hicieron dar un cambio de 180 grados en su vida, preservando su salud mental: “Después de 9.000 horas de entrenamiento, cientos de carreras y varias medallas de oro, toco la pared en Tokio 2020 y me doy cuenta que no hice ni el tiempo que quería, ni terminé en la posición que soñaba. Lo único que pienso en ese momento es en qué me iban a decir en las redes sociales. ¿Cómo podía ser que lo que más me importaba era la mirada de personas que ni conocía?”.

Y agregó: “Ahí registré hasta donde había llegado mi exposición y la comodidad con la que la gente y los medios opinaban de mi, de lo que hacía o dejaba de hacer, de mis sueños y objetivos tomándolos como suyos y yo esclava de eso. ¿Saben lo que pesa ver durante meses tu nombre en los titulares de los diarios prometiendo una medalla?”.

La argentina Delfina Pignatiello compite en la prueba de 1500m estilo libre femeninos de natación durante los Juegos Olímpicos 2020 en el Centro Acuático de Tokio (Japón). EFE/ Fernando Bizerra

La argentina Delfina Pignatiello compite en la prueba de 1500m estilo libre femeninos de natación durante los Juegos Olímpicos 2020 en el Centro Acuático de Tokio (Japón). EFE/ Fernando Bizerra

En los últimos Juegos, uno de los temas que salió a la luz fue la salud mental de los deportistas y en ese sentido Pignatiello explicó: “En Tokio 2020 pasó algo. Se empezó a alzar la voz y a hablar de temas en ese momento ocultos y romper ese tabú que éramos superhéroes sin fallas. Se imaginan lo significativo que fue para mi que Simone Biles, la cara de las olimpíadas, hable de la presión en la competencia. Ahí aprendí la importancia de tener una cabeza fuerte y estar bien con uno mismo para poder estar bien con los demás. Creo que ahí empecé a sanar”.

En relación a la popularidad que la nadadora fue adquiriendo a lo largo de su carrera, manifestó: “Los primeros roces con la fama eran divertidos y los podía controlar, incluso me di cuenta que podía motivar a otras personas. Pero como todo, hay un lado B y toda esa energía y adrenalina que vamos sintiendo los adolescentes a medida que vamos creciendo, en mi caso se convirtió en un tsunami de miradas y llegó un punto que no había manera de controlarlo mientras yo me ahogaba”.

Con respecto a su experiencia en los Juegos detalló: “Cuando finalmente llegué a mi sueño, a un Juego Olímpico, terminé inmersa en una guerra en las redes sociales donde me atacaban sin impunidad detrás de un perfil en internet, donde me llegaron a decir ‘fracasada de mierda’ y lo peor es que yo me lo creí”.

“Aprendí por mi cuenta, de frente y a los golpes la forma de dar notas, de qué decir o no en las redes sociales y como tratar una oleada de odio. Entender que las redes sociales eran un tema artificial y que después en la vida real no me pasaban esas cosas ni sufría esos ataques. Tuve que aprender a vivir con las presiones y las expectativas de los demás”, añadió Pignatiello.

Por último, concluyó con una reflexión: “Creo que lo que me pasó a mí no es inevitable. Creo que existen posibilidades de crear mejores maneras de contención con profesionales de distintos ámbitos para ayudar a cuidar a la persona que hay detrás del atleta de alto rendimiento. Es cuestión de posar las miradas donde realmente hay que hacerlo y eso es lo que estoy tratando de hacer, ver a Delfi persona y no solo la deportista, de poder valorar a ambas, de darme cuenta que cuando me meto al agua y sigo la línea negra de la pileta obvio que tengo que nadar lo mejor que pueda pero cuando se acerca esa pared final y sacó la cabeza del agua, lo único que tengo que mirar es a mi familia, a mis amigos, a mi abuela y a la Delfi peque que solo quiere jugar”.