Según la última perspectiva CPC/IRI, las variables oceánicas y atmosféricas son consistentes con condiciones continuas de La Niña. Sería la tercera campaña consecutiva con este fenómeno.
El temor que subsiste entre los productores argentino a que la campaña 2022/23 sea la tercera marcada por la presencia del fenómeno La Niña sigue tomando fuerza.
El Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI) de la Universidad de Columbia difundió su perspectiva actualizada del Fenómeno El Niño – Oscilación del Sur (ENOS) y ratificó que La Niña seguirá presente al menos hasta el inicio del segundo semestre, y con altas probabilidades de continuar a lo largo del resto de 2022.
A mediados de abril, las temperaturas de la superficie del mar permanecen por debajo del promedio (fortaleciéndose ligeramente) en el Pacífico ecuatorial centro-oriental. La evolución de las variables oceánicas y atmosféricas clave es consistente con las condiciones continuas de La Niña y, por lo tanto, se mantuvo un aviso de La Niña para abril de 2022”, indica el reporte.
Y agrega: “Una gran mayoría de los modelos predicen que las TSM permanecerán por debajo de lo normal en el nivel de La Niña débil hasta mayo-julio de 2022”.
Probabilidades de La Niña
En la proyección probabilística oficial CPC/IRI, se prevé “una continuación del evento de La Niña con alta probabilidad (61% de probabilidad) durante mayo-julio”, remarca el documento.
Luego, hay algún desacuerdo entre los diversos métodos de pronóstico:
Modelo objetivo: otorga probabilidades casi iguales a las categorías de La Niña y ENOS neutral en el verano boreal (invierno argentino), con La Niña favorecida en septiembre-noviembre y octubre-diciembre de 2022 (54 % de probabilidad).
Consenso subjetivo: continuación de La Niña con una probabilidad del 50-55% tanto durante el verano (invierno local) y el otoño (primavera local).
Con todo, la realidad es que las chances de otra campaña con el fenómeno La Niña son altas y generan temor porque se repitan episodios de sequías y olas de calor como los ocurridos en el último verano y que restaron millones de toneladas a la cosecha argentina.