El lamentable hecho tuvo como protagonista a un niño de 10 años que no sólo sufrió violencia de parte de sus compañeros, sino también de parte de las autoridades escolares que no oyeron su reclamo. Inspectores recibieron a familiares del menor y le ofrecieron cambiarlo de escuela. Esperan intervención del Ministerio de Educación y el Inadi.
Con la vuelta a la escuela un niño de 10 años decidió ir a clases con las uñas pintadas. Desde entonces cada día se convirtió en una calvario para él y su familia.
Con el correr del tiempo, lo que había empezado con insultos se agravó y terminó en golpes por parte de sus compañeros.
Desde la escuela ubicada en San Pedro, a pesar de no ser una norma que la institución deba plantear, le manifestaban al niño que "no podía ir más así" y la docente le pedía a la víctima que se quedara con ella en los recreos para evitar las agresiones.
“Volvió de la escuela y como pudo intentó explicarme lo que le decían”, contaron a familiares del niño que al enterarse de la situación le comunicaron a la maestra lo que estaba sucediendo.
La docente pidió disculpas, prometió intervenir y comentarle los hechos a la directora. Sin embargo, la máxima autoridad de la escuela nunca recibió a los padres del menor.
“Me cansé de pedirle la reunión, siempre me decían la semana que viene. Agarré y le dije que el viernes iba a ir y que me iban a tener que atender por lo menos 20 minutos para hablar lo que estaba pasando”, relató la mamá.
Finalmente la madre fue recibida por las inspectoras y le dieron como única solución cambiar al niño de escuela. Incluso, le hicieron firmar un acta a la madre para concretar el traspaso en el que relataban los discriminatorios sucesos.
Allí, desde Inspección informan que "los lineamientos de la ESI con perspectiva de género es una ley que se debe realizar en toda la escuela" y aseguraron que "se supervisará que se cumpla a nivel institucional".
En el escrito se deja asentado que ambos padres manifestaron por varias situaciones de violencia hacia su hijo y sus compañeros.
Además de pedir que cese la violencia, los padres de los alumnos del curso donde asiste la víctima reclaman que en el establecimiento se cumpla con la Ley 26150 de Educación Sexual Integral (ESI).
Ahora, el niño deberá finalizar el corriente ciclo lectivo desde su hogar para retomar la presencialidad en la nueva institución, cercana a su domicilio, en el 2022.
Padres y alumnos esperan una intervención de organismos que profundicen la investigación sobre las autoridades a cargo de la escuela y de Inspección de Enseñanza ante la gravedad de una decisión que se resolvió con un acta que termina responsabilizando a los padres por la decisión de un cambio de establecimiento educativo.
