Así lo dispuso el Gobierno de Jorge Etcheverry, cuyo distrito es uno de los primeros en reactivar la atención al público en una gran cantidad de rubros comerciales y de servicios durante la cuarentena, con una modalidad que el martes cumplirá una semana. Todos los proveedores están obligados a registrarse, someterse a un control de temperatura y a un proceso de desinfección antes de ingresar a la ciudad.
Domingo, 10 de mayo de 2020
En los dos accesos habilitados para el ingreso a la ciudad de Lobos, un distrito bonaerense de poco más de 35 mil habitantes ubicado a 100 kilómetros hacia el sudoeste de Capital Federal, hay operativos de control para quienes entran y salen.
Un arco sanitizador que despide un líquido desinfectante oficia de bienvenida a la ciudad que gobierna Jorge Etcheverry, una de las primeras en la provincia de Buenos Aires en permitir una gran importante actividad comercial en cuarentena.
Con estrictos protocolos de seguridad e higiene, pensados para evitar la propagación del coronavirus COVID-19 —del que la ciudad tuvo apenas un caso en marzo, un paciente proveniente del exterior—, Lobos tiene autorizado desde el martes pasado una gran cantidad de rubros comerciales y de servicios para que funcionen.
Obras de construcción/mantenimiento/refacción privadas; talleres vehículos/maquinaria y gomerías; Servicios de profesionales médicos, domésticos y de cuidadores de personas; remiserías; pequeños, medianos y grandes comercios; corralones y locales relacionados con la construcción.
También comercios de logística y distribución; entidades financieras y no financieras registradas; servicios de cobro de cuotas de asociaciones; y de profesionales no médicos forman parte de las actividades autorizadas.
El Gobierno de Lobos destacó "el carácter precario de estas nuevas autorizaciones, las cuales podrán ser retrotraídas, total o parcialmente, cuando las circunstancias sanitarias lo justifiquen". El Municipio cuenta con las facultades para ello.
El funcionamiento es en un horario específico: de 8.00 a 15.00 para los servicios; y de 8.00 a 18.00 para los comercios. A las seis de la tarde, los Bomberos hacen sonar la sirena para advertir que terminó la actividad comercial y que comienzan los controles estrictos de personas para el cumplimiento de la cuarentena.
En la ciudad funciona casi todo, menos el rubro de estética personal, que incluye peluquerías, esteticistas, manicuras y pedicuras, y las actividades relacionadas al turismo y deportes al aire libre.
Todo proveedor que ingrese a la ciudad debe pasar por la Terminal de Ómnibus, donde se somete a la mercadería a un control bromatológico. De la misma manera, se toma la temperatura de chofer y acompañantes, y se procede a la desinfección de los vehículos y de todo aquello que transporte.
Sólo pueden arribar entre las 6.00 y las 15.00, y deben dejar todos los datos relacionados con su procedencia y el lugar donde descargarán mercadería.
A su vez, los vehículos particulares también pasan por controles similares: toman temperatura a choferes y acompañantes, y desinfectan de vehículos. "Quien no pase estos controles no ingresará a nuestra ciudad", advirtieron.
En la ciudad, los comerciantes que comenzaron a trabajar el martes pusieron en marcha el protocolo. Todos se inscribieron en la Municipalidad para dejar registro y tiene que tomar las medidas dispuestas, como el uso de tapabocas y el mantenimiento de las distancias entre personas.
No pueden atender a personas en edad de riesgo, embarazadas y menores de un año, por ejemplo. Los locales de venta de indumentaria, por su parte, deben reducir la cantidad de clientes en el interior y algunos optaron por utilizar uno solo de sus proveedores, con desinfección permanente.