Lunes 22 de abril de 2019.
María (27) es diseñadora industrial y Rocío (26) es abogada -sus apellidos prefieren mantenerlos en el anonimato-. Su primer contacto con el lenguaje incluso fue cuando vieron aparecer el "@" en lugar de algunas "a" y "o", que aunque no lo consideraban sexista, sí lo consideraban binario. Después adoptaron la "x", "que hizo parte a las disidencias", y ahora la "e", "que nos permite hablarlo", explican.
A medida que fueron aceptando y adoptando su uso, salir a la calle y ver carteles "en lenguaje sexista, como si lo masculino fuese lo único que existe," empezó a molestarles cada vez más. "En los últimos años veníamos notando y comentando entre nosotras la invisibilización de las disidencias en el espacio público. Nos cansamos y activamos". A partir de ese hartazgo es que surgió @inclusivo.público, un proyecto para "desbinarizar la vía pública" interviniendo desde afiches publicitarios hasta los carteles de obras.
"Lo empezamos hace poco porque no queremos vivir en un mundo binario. No sentimos que estemos corrigiendo los carteles de la vía pública, sentimos que estamos cambiando la realidad en la que nos tocó vivir. Estaríamos corrigiendo algo si esas reglas existiesen, pero entre todes las estamos inventando. Creemos que el lenguaje es causa y efecto de la sociedad y la nuestra está cambiando. Estamos pasando de una organización patriarcal a una nueva forma de estructurarnos", aclara el dúo.
Por ahora la mayoría del contenido que suben son intervenciones suyas, aunque también recibieron algunas colaboraciones que fueron publicando. "Usar un lenguaje que plantee lo masculino como lo universal no nos representa. Creemos que el lenguaje comunica y que este cambio colectivo produce cambios individuales: cuando hablás inclusivo o lo escuchás empezás a reestructurar tu forma de pensar, empezás a salir de la lógica binaria que nos enseñaron", por eso "es importante que se expanda".
En su experiencia personal, el lenguaje inclusivo al principio les llamó la atención porque estaba fuera de lo aprendido, pero igual estuvieron de acuerdo con su uso. A su vez para ellas más importante que la primera reacción es "el momento en que decidís dejar de hablar de forma sexista".
"Una vez que entendés la discriminación que implica es difícil seguir usándolo. Al principio nos daba vergüenza hablar con lenguaje inclusivo porque siempre hay una reacción del otro lado. Con una “e” estás diciendo mucho de tus ideas y eso genera algo en la persona con la que estás hablando. Más allá de que la reacción sea positiva o negativa, algo generás en le otre. Despertás preguntas y debate al respecto"
Repercusiones.
Según las creadoras de @inclusivo.público, todas las devoluciones que recibieron -en Instagram y también en la calle- fueron positivas. "El otro día mientras escribíamos un “juntes” pasó una chica en bici y sonrió. Nos hace pensar que estamos haciendo algo que está bueno. El objetivo es exponer la invisibilización de lo que no es masculino cis y concientizar sobre las posibilidades individuales que tenemos para generar un cambio colectivo. Porque lo que no se nombra no existe".
Fuente: A24