18 abril 2024

Córdoba: CIUDAD OBTIENE ENERGÍA DE LA BASURA

Lunes 4 de julio de 2016.

En Huinca Renancó, una planta recibirá residuos orgánicos y permitirá obtener electricidad. Será distribuida a las industrias y viviendas del pueblo. Es un emprendimiento gestado en la Facultad de Agronomía de la UBA. 

basura

En pocos meses, Huinca Renancó, una localidad cordobesa de 10.000 habitantes, hará realidad aquella legendaria escena de "Volver al Futuro" cuando el querible Doc cargaba el tanque de combustible de la máquina del tiempo De Lorean con cerveza, banana y huevos para echarlo a andar. Es que allí el Grupo IFES, un emprendimiento gestado en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) instaló una planta capaz de recibir basura y devolver biogás, que luego, mediante un transformador (grupo electrógeno) se convierte en energía eléctrica.

En este caso, la energía será subida a la red local por la Cooperativa Eléctrica de Huinca Renancó y distribuida después a las industrias y viviendas del pueblo. Como la planta tiene capacidad para tratar más de 30 toneladas de residuos sólidos y en Huinca Renancó no se produce tanto, ya se recibe basura de otros 11 municipios vecinos y no se descarta comenzar a importar deshechos de otros pueblos.

"Este biodigestor es el primero en la Argentina y en Sudamérica a esta escala y con esta tecnología, de alto nivel de automatización", explica el ingeniero agrónomo Guido Casanovas, socio fundador del grupo IFES. "Un biodigestor es un sistema vivo. En este caso, un enorme tanque de hormigón de más de 2.000 m3. Al iniciarse el proceso, se inocula el tanque con agua y estiércol de animales como cerdos o vacas. Luego, recibe basura orgánica (cáscaras de frutas, milanesa, deshechos de una industria de pan, verdulería, etc), que alimenta las bacterias y en su proceso metabólico las hacen liberar gas metano. Ese gas, junto con otros, es el que se llama biogs".

Casanovas añade que este biodigestor, que trata únicamente basura urbana, no recibe ningún tipo de residuos inorgánicos, como el plástico, el vidrio o el cartón, pero que en otros casos pueden funcionar con silaje de maíz, sorgo y estiércol porcino, como otras dos plantas similares ubicadas en San Luis y Río Cuarto. En el sistema nada se pierde: una vez obtenido el gas que se convertirá en electricidad, la materia orgánica servirá como fertilizante.

El biodigestor es un sistema vivo, que funciona las 24 horas del día. La planta necesita energía para ponerse en marcha y realizar los procesos que cumple, pero a diferencia de otras tecnologías es capaz de crear la misma energía que la mueve. Es decir, consume lo que ella misma genera.

Contra lo que podría suponerse, en Huinca Renancó no existe separación de residuos en origen, y por eso antes de que el biodigestor comience a "comer" hay un proceso de separación. Una vez separado lo orgánico de lo inorgánico, los residuos que llegan a Huinca Renancó llegan a ser de 6 a 7 toneladas, pero la cifra podría duplicarse si las comunidad comenzara a disponer de manera diferenciada sus residuos en el domicilio, algo que es significativo en este caso porque la idea es convertirlos en energía. "En cambio -comenta Guido Casanovas-, cuando toda la basura va a un relleno sanitario, sin distinción, no tiene sentido para la comunidad separar los residuos antes en bolsas o tachos distintos".

Casanovas afirma que desde el punto de vista técnico esta planta de biogás podría replicarse en cualquier parte del país: sólo basta contar con residuos orgánicos o materia orgánica.

El proyecto del biodigestor surgió a partir de una presentación de la Federación de Cooperativas Federadas (FECOFE), que nuclea entidades agropecuarias y agroalimentarias, ante el Ministerio de Agroindustria de la Nación, que destinó gran parte de los fondos. También participó la Cooperativa Eléctrica de Huinca Renancó (CEHR). En total, se invirtieron cerca de 2,25 millones de dólares.