20 abril 2024

Face: NO LE HAGAS CASO A ROBERTO CARLOS

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Miércoles 25 de noviembre de 2015.

Quienes rondan o superan las 4 décadas seguramente recordarán a Roberto Carlos, brasileño de fama mundial.

No nos estamos refiriendo al marcador lateral izquierdo de la selección de fútbol de ese país y del Real Madrid, sino al cantante melódico homónimo de la misma nacionalidad, que se hizo famoso, entre otros hits, por aquel tema en el que expresaba su deseo de tener "un millón de amigos".

Si bien en aquellos tiempos no existían las redes sociales ni Internet, apenas las primeras computadoras Comodore 64, hoy la misma canción podría aplicarse a la interacción virtual de las personas -tan discutible, por cierto-, y de la que los adolescentes suelen hacer un culto como si tener mayor cantidad de "amigos" en Facebook, por ejemplo, lo hiciera mejores o más felices.

Sin embargo, un nuevo estudio que muestra que tener más de 300 "amigos" en Facebook provoca estrés en los adolescentes, esta máxima parecería cumplirse. El punto no es menor, ya que muchos padres no saben cómo manejar la relación de sus hijos con la tecnología.
La investigación de un grupo de especialistas de Montreal, que fue publicada en el Psychoneuroendocrinology Journal, abarcó a 88 adolescentes de entre 12 y 17 años y analizó los niveles de cortisol, una hormona que se libera en el organismo como respuesta al estrés. El descubrimiento fue que los jóvenes con más de 300 amigos en Facebook tenían más niveles de estrés, además del hecho de que tratar de apoyarlos con "me gusta" y hacer comentarios positivos en sus posts bajó sus niveles de la hormona indicadora de estrés.

Los efectos depresivos que conllevan los altos niveles de estrés, de acuerdo a la autora y profesora Sonia Lupien, pueden desencadenarse más tarde. "Algunas investigaciones demostraron que tal vez lleve hasta 11 años antes de que se presenten síntomas de depresión severa en jóvenes que mantuvieron durante su adolescencia constantes y elevados niveles de cortisol en su organismo", advirtió.
Entonces ¿qué deberían hacer los padres cuyos hijos no solamente tienen Facebook sino también Instagram, Twitter y tal vez Snapchat?.
Los consejos citados por el sitio Tech Times para los padres son:
Estar en las mismas redes sociales que sus hijos. Seguirlos y hablarles también allí, y cuando encuentren signos de que están enojados, charlar sobre eso. El estudio demostró que los niños cuyos padres eran más activos en medios cociales tenían menos chances de preocuparse por lo que pasa online.
Pasar tiempo en los medios sociales, entender cómo funcionan y los efectos que podría eso tener en sus hijos.
Ayudar a los adolescentes a tener una perspectiva saludable de los "me gusta", de los comentarios y de lo que se comparte. Educar a los chicos para no intentar llevar la cuenta. "No te preocupes por cosas sin importancia. No te fijes si te etiquetan o no. No cuentes los 'me gusta'. No excluyas a gente que piensa distinto", son algunas de las frases que aconseja el sociólogo Robert Faris de la Universidad de California Davis.
También es bueno alentar a los chicos a dejar sus teléfonos de vez en cuando, y recomendarles otra actividad.