25 abril 2024

CLAVES PARA DETECTAR MENTIROSOS

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Viernes 11 de setiembre de 2015.

Para desenmascarar a ese mentiroso podría ser suficiente usar un poco de tacto y sentido común.
El equipo de oficiales de seguridad de Thomas Ormerod enfrentaba una tarea aparentemente imposible. Se les pidió entrevistar a pasajeros en los aeropuertos de Europa, con el objeto de descubrir a un puñado de falsos viajeros "plantados" entre la multitud.
De hecho, sólo una de 1.000 personas que tenían que entrevistar intentaría engañarlos. Era como encontrar una aguja en un pajar.
¿Qué hicieron? Una buena opción era concentrarse en el lenguaje corporal o los movimientos de los ojos, ¿correcto? ¡Incorrecto! Eso hubiera sido, de hecho, una mala idea.
Estudio tras estudio han encontrado que los esfuerzos –incluso por parte de policías profesionales- de leer las mentiras en el lenguaje corporal y las expresiones faciales rinden frutos similares a dejarle la cuestión a la suerte.
En una de las investigaciones, sólo 50 de 20.000 personas lograron hacer un juicio correcto con más de 80% de precisión.
El equipo de Ormerod trató una estrategia diferente y logró identificar a los pasajeros falsos en la vasta mayoría de los casos. Para ello tuvo que botar a la basura las claves generalmente aceptadas del engaño y comenzar de cero.
Durante los últimos años, la investigación sobre el engaño ha estado plagada por resultados decepcionantes.
La mayoría del trabajo previo se ha concentrado en leer las intenciones del mentiroso en su lenguaje corporal o su rostro, a partir de pistas como el sonrojo, la sonrisa nerviosa o los ojos distraídos.
El ejemplo más famoso es el de Bill Clinton, que se tocó la nariz cuando negó su affair con Monica Lewinsky, lo que entonces se tomó como un signo seguro de que estaba mintiendo.
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UN CUESTIONARIO PARA DESTAPAR EL ENGAÑO
Ormerod y su colega Coral Dando de la Universidad de Wolverhampton identificaron una serie de principios conversacionales que deberían incrementar tus posibilidades de descubrir la mentira:
Usa preguntas abiertas. Esto obliga al mentiroso a ampliar su historia hasta que se ve atrapado en su propia red de engaños.
Utiliza el factor sorpresa. Los investigadores deben tratar de incrementar la "carga cognitiva" del mentiroso, por ejemplo, haciéndole preguntas que no anticipaba y que pueden resultar confusas, o pidiéndole que cuente un evento de atrás para adelante. Estas técnicas le hacen más difícil mantener su fachada.
Fíjate en los detalles pequeños y verificables. Si un pasajero dice que está en la Universidad de Oxford, pídele que te cuente cómo va de la casa al trabajo. Sin embargo, si encuentras una contradicción no entregues tu juego: en vez de corregirlo, es mejor permitirle al mentiroso que gane confianza mientras suelta más mentiras.
Observa los cambios en la confianza. Fíjate con cuidado en si el estilo del mentiroso potencial cambia cuando se lo desafía: un mentiroso puede mostrarse muy elocuente cuando se siente en control de la conversación, pero si su zona de confort se ve limitada, puede que se cierre.