En la tarde de este domingo, salió a visitar a una amiga. Estuvo 40 minutos afuera de su domicilio y cuando regresó, habían ingresado al mismo para robar.
Lunes, 31 de agosto de 2015
María Angélica vive en la calle Corrientes al 500. La tarde del domingo estaba linda y decidió ir a ver a una amiga. Solo se ausentó unos 35 o 40 minutos y al regresar notó que las puertas de los dormitorios estaban cerradas, cosa que jamás hace ella. De inmediato supo que alguien había entrado mientras ella no estaba. Salió de manera urgente a la calle en la búsqueda de ayuda por parte de algún vecino. Inmediatamente dieron aviso a la policía, y en pocos minutos varios efectivos se apersonaron. Al ingresar, notaron que las habitaciones estaban completamente revueltas. A pesar de esto no robaron demasiado; solo una medalla de oro que guardaba con mucho cariño de la época de estudiante.
Nunca tengo efectivo en casa
Los cacos ingresaron por la parte trasera de la casa, arrancando de cuajo una reja y retirando una ventana. Estuvieron pocos minutos pero revolvieron todo, seguramente en búsqueda de efectivo o joyas.
"Me queda un sentimiento muy triste. Vaya a saber cuál es su vida, su enseñanza, sus necesidades. Pero si necesitan algo, solo tienen que tocar timbre y pedir; no se entra en las casas de esa manera. Me hacen daño a mí, a ellos y a toda la sociedad. Una añora las épocas en que se podían dejar las puertas abiertas. Ahora mandé a reforzar las rejas y no me queda otra opción que colocar alarma en la casa. Deseo que Dios los ilumine, y que no vuelvan a hacerlo en ningún lado".
María Angélica poco a poco regresará a su rutina, pero el mal trago permanecerá en su corazón largo tiempo. Esa fea sensación de haber sido invadida en su propia vivienda no la abandonará fácilmente.
