Viernes 14 de Agosto de 2015.
Los infartos y ACV son las consecuencias más conocidas. Sin embargo, otras patologías asoman cuando el ritmo de trabajo no cesa.
Trabajar hasta tarde, no comer, levantarse temprano, reunión, no comer, reunión. Repetir esta secuencia todos los días, incluidos los domingos, estresaría a cualquiera y, ante esto, hay que estar preparado, porque no sólo los infartos y los accidentes cerebro vasculares atacan sino que, también, lo hacen otras patologías.
“Hay pacientes que tienen un nivel de stress muy importante, cargas horarios muy grandes, no se detienen a comer y eso hace que el jugo gástrico lesione al estómago y uno empieza a tener gastritis y úlceras, por ejemplo”, enumeró Carlos Reguera, coordinador de Cardiología y Medicina Preventiva del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (INEBA), “El stress te puede dar disfunción sexual”, agregó el especialista.
A eso se suma, también, otro cuadro clínico como la ansiedad. Sucede que, a mayor nivel de stress, el cuerpo lo canaliza por otro lado, por ejemplo, cuando alguien mueve constantemente las piernas mientras está sentado, tics u otros movimientos involuntarios.
“El stress conlleva a la ansiedad. Si tengo mucho stress me puede generar ansiedad. Es un circuito que vuelve. Mayor stress, mayor ansiedad y por eso aún más stress. Si no salgo de eso, con terapia, lo canalizo con el deporte, u ocupo mí tiempo con otra cosa, es siempre un círculo vicioso”, explicó Reguera.
Esta situación lleva a que los ejecutivo estresados decidan someterse a estudios para saber en qué estado se encuentra su salud. Ahí comienza un trabajo de análisis de datos que cambia paciente a paciente pero que, en definitiva, tiene una misma base.
“En INEBA, los estudios constan de un laboratorio general, que involucra hemograma; glucemia (te la puede elevar el stress), alteración de hormonas/tiroides; además buscamos problemas en los lípidos; y, finalmente, hay un interrogatorio con el clínico, que busca más factores de riesgo”, detalló el especialista. A eso se le agrega, para que el abordaje sea completo, “una ecografía cardíaca o general, una ergometría o un electrocardiograma”.
La cura al stress no siempre es sinónimo de pastillas y farmacia. También recomiendan combatirlo con distracciones. “Actividad física, mejorar alimentación, tomarse un recreo en el día y tener un tiempo para uno (hacer un viaje)”, son algunos de los consejos enumerados por Reguera.