24 abril 2024

¿DEBEN PREOCUPARNOS LOS OLVIDOS?

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Lunes 28 de junio de 2015.

¿Te preocupan tus olvidos?
No solo dejaste las llaves de casa metidas en la cerradura de la puerta, sino que además fue en la parte de afuera. No recuerdas si al salir apagaste la hornilla en la cocina. Tienes la respuesta a una pregunta en la punta de la lengua, pero no te llega la palabra que estás buscando.
Todos hemos pasado por un episodio similar. Y en ocasiones, muchos se preguntan si este tipo de eventos son normales o si reflejan algún problema con el funcionamiento de la memoria.
Un informe realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos -"Mejorando la memoria y entendiendo la pérdida de recuerdos relacionados con la edad"- indica que, con el paso del tiempo, el cerebro cambia y una de las consecuencias es que le cuesta recordar algunas cosas.
También se dificulta la realización de varias actividades al mismo tiempo, mantener la concentración y es mucho más fácil distraerse.
Pero esto no tiene que ser un indicativo de que en el futuro puedan desarrollarse enfermedades neurológicas, como la demencia.
Y es que es prácticamente imposible tener una memoria impecable, al margen de la edad que se tenga.

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OLVIDOS NORMALES
Daniel Schater, profesor de psicología de la Universidad de Harvard, y autor del libro "Los siete pecados de la memoria", se refiere a las imprecisiones normales que podemos experimentar con respecto a nuestros recuerdos.
Probablemente no te resultarán desconocidas.
1.- Transitoriedad. Es la tendencia olvidar hechos con el transcurso del tiempo. Es probable que poco después de aprender algo, no se recuerde.
Esto ocurre porque la memoria tiene fresca la información que se usa habitualmente. La que no, se descarta.
Para los especialistas, sin embargo, esto no es algo malo. Es un proceso que permite "limpiar" el cerebro y "abrir" espacio para almacenar información útil y nueva.
2.- Despiste. Pasa cuando no se le presta mucha atención a lo que se está haciendo y a lo que se quiere recordar posteriormente.
Un ejemplo clásico de este caso es dónde dejaste las llaves. Si cuando las soltaste estabas pensando en otra cosa o sencillamente distraído, el cerebro no logra guardar esa información de manera segura.
Olvidar cosas que tenías que hacer en un momento específico, como ir a una cita médica, también entra en este grupo.
3.- Bloquear. Te sabes la respuesta a la pregunta que te hicieron y la tienes en la punta de la lengua, ¡pero no te sale! Se trata de la imposibilidad temporal de recuperar un recuerdo.
Esto no pasa porque no se estaba prestando suficiente atención o porque esa información se "borró". Es todo lo contrario, ocurre cuando ese recuerdo está muy bien almacenado en el cerebro, pero algo muy similar impide encontrarlo.
Un típico ejemplo es llamar a tu hijo mayor con el nombre del menor.
4.- Atribución equivocada. Se refiere al recuerdo correcto, en parte, de algún evento. La mayoría de las circunstancias que lo rodean se corresponden con la realidad, pero algún detalle, como el lugar en el que ocurrió o el momento, no.
5.- Sugestión. Es un punto vulnerable de la memoria que se relaciona con el poder de sugestión que otros pueden ejercer. Son datos de los que la persona se entera después de que ocurrió un incidente.
Para ilustrarlo, imagina el caso de una persona que presencia un robo. No ve al ladrón, pero si a un auto alejándose del lugar a toda velocidad. Alguien afirma que era alto y de cabello oscuro.150626130127_memory_281x351_thinkstock
Cuando posteriormente le preguntan a la persona detalles acerca de lo ocurrido, no recuerda con mucha claridad hasta el momento en el que le muestran una foto en la que se ve una persona alta y de cabello oscuro.
6.- Prejuicio. El funcionamiento del cerebro implica que las percepciones del individuo están filtradas por los sesgos personales, que incluyen experiencias, creencias, conocimiento previo e incluso el estado de ánimo en el que la persona se encuentra en ese instante.
7.- Persistencia. La mayoría de las personas se preocupa por el olvido de cosas, pero en algunos casos, lo que ocurre es lo contrario: las personas están atormentadas por episodios que desearían olvidar, pero no pueden.
Eventos traumáticos, sentimientos negativos y miedos constantes son otra forma de pérdida de memoria.
Algunos recuerdos se corresponden fielmente con una realidad terrible -como una violación o la participación en un conflicto bélico- pero otros pueden ser distorsiones negativas de la realidad.