La vieja estación del ex Ferrocarril Belgrano “La Trocha” (o “9 de Julio Sud” como se la conocía originalmente), fue una suerte de punto límite de esta ciudad a lo largo de los primeros tiempos de desarrollo de la comunidad.
Después, con el avance de la misma, el progreso y desarrollo de la llamada por aquellos tiempos “Perla del Oeste” se vio relegada a un segundo plano, convirtiéndose en una suerte de faro de observación de nuestra propia historia.
Soportó estoicamente y en silencio marginaciones y olvidos. Sin sufrir alteraciones en su esencia, sobrellevó el paso del tiempo con entereza, sin dejar de lado su rol de símbolo de la esencia nuevejuliense.
A su vez, en cada pensamiento a futuro, se convierte en un punto de partida para repensar el progreso de esta ciudad en la que hemos nacido o hemos elegido vivir; como sucede también con todas las estaciones ferroviarias en cada una de las localidades del distrito.
Son ellas el “otro punto” que invita a volver a los orígenes para soñar con la grandeza. Son símbolo de identidad, de resistencia, de autenticidad y de pertenencia; son una expresión del ser nuevejuliense, mal que nos pese; porque representan el olvido, pero también a los nuevos tiempos y a la esperanza…
Por eso, por este espíritu y esta magia que llevan implícitas las figuras de las estaciones ferroviarias, recortadas sobre un cielo que marca el límite de una ciudad o de cada localidad que busca su destino, pero con la particularidad especial de “La Trocha” de ser la misma estación de siempre, pero una alternativa a la tradicional, es que se reconvierte ahora en esta estación de noticias, construida también con los mismos sueños y esperanzas de crecimiento.