29 marzo 2024

TIN: "LA EDAD DE LA CIRUELA"

cucu

Lunes 1 de Febrero de 2016.

Desde las 21,30 hs. el sábado 13 de Febrero el TIN (Libertad 744) abre sus puertas nuevamente al teatro nuevejuliense y con ello "Medias Cucú Teatro" nos trasladaran a una historia en que el tiempo y la edad son los protagonistas.

“La edad de la ciruela” es un juego sobre el tiempo y la edad, una tragicomedia que deambula por los borrosos límites de la soledad y la ridiculez. Pero fundamentalmente es una representación de la memoria, una tensión entre el presente y el pasado; dice Shakespeare que el tiempo es el aire que respiramos. En el aire de “La edad de la ciruela” hay mujeres pájaros que no pueden volar, madres árboles que dan frutos que se pudrirán, hermanas del alma que se aman con rabia. El tiempo y la memoria, las imágenes difusas de un pasado que no se resigna a morir, un pasado que continuará vivo mientras se tenga memoria de él, un pasado que se conforma cada día con girones de recuerdos, de un tiempo con olor a vino de ciruela y ratas grises escondidas en los recovecos más ocultos de la mente. Eleonora escribe a su hermana, Celina, porque su mamá está a punto de morir. A partir de ese acto, que quizás nunca se lleva a cabo, se desencadena la acción principal de la obra: recordar. La memoria es el campo de batalla de estas dos hermanas distanciadas en el presente, hermanas en la vida y en los recuerdos, fantasmas de un ayer. Cada carta es el preámbulo de un nuevo recuerdo de una casa en la que vivió una familia conformada por abuelas, tías, tías abuelas, una madre y una criada; y cada recuerdo cierra una herida y abre otra, alumbrando el paso por la vida que han tenido estas mujeres al amparo de un testigo que florece una vez al año y oficia como telón de fondo de esas existencias casi tan agrias como las ciruelas que brotan del árbol que vigila el fatal transcurrir del tiempo. Porque “La edad de la ciruela” es una gota fatal que cae en medio de abrazos no dados y no recibidos, y de risas que permanecen en silencio en un para siempre efímero.

La entrada es a la gorra.