20 abril 2024

ECOS DE LA PEREGRINACIÓN


Bajo el lema “Recibir la vida como viene”, cientos de fieles se congregaron el sábado por la noche para participar de la cuadragésima peregrinación diocesana. Las columnas principales partieron como siempre, desde las ciudades de Los Toldos y Nueve de Julio, que recibieron a los peregrinos de las demás localidades de la diócesis.



Lunes 11 de noviembre de 2019.

Esta nueva edición tuvo la particularidad que adoptó el lema que trabajan desde hace años todos los Hogares de Cristo del país. Su intención fue incorporar activamente la participación de los jóvenes recuperados de las adicciones que actualmente concurren a estos centros.
Con este propósito, llegaron a Nueve de Julio miembros de los Hogares "Cristo Obrero” del Padre Mujica (Villa 31) y “Beato Ceferino Namncurá” del barrio Wiliam Morris (partido de Hurlingham), quienes acompañaron la peregrinación por la ruta, brindando sus testimonios personales sobre las azarosas situaciones de vida que los llevaron a caer en las adicciones y sobre su recuperación, que fue posible gracias al descubrimiento de su fe.
Desde la ciudad cabecera de la diócesis, los fieles se congregaron en el santuario de Fátima, donde el obispo diocesano, Monseñor Ariel Torrado Mosconi los exhortó a que esta nueva peregrinación les permita “redescubrir el sentido más hondo y más profundo de la vida".



MENSAJE DEL OBISPO A LOS PEREGRINOS
El domingo por la mañana a la llegada de los peregrinos, monseñor Ariel Torrado Mosconi celebró la tradicional misa al aire libre en el monasterio benedictino.
Durante su homilía, hizo una firme exhortación a los presentes para que respeten y cuiden la vida en todas sus manifestaciones y en todos sus ciclos vitales. “El señor nos ha regalado la vida para siempre, esta vida terrena, germen y semilla de la eterna. Por eso queremos dar un Sí a la vida”, aseguró el prelado.
Asimismo destacó que “ante todo, cada uno debe renovar su amor y su pasión por la vida, cuidando la suya y la de los demás. Nuestra vida cobra sentido cuando amamos y vivimos para los demás. Y la misión de la Iglesia es justamente esa: ayudar a sus hijos a querer la vida, a darla en el amor, en el sacrificio, en la entrega generosa”.