29 marzo 2024

CHAU AL 50%


Es oficial: con el fin de la campaña electoral, el Gobierno de María Eugenia Vidal decidió no reeditar los “Supermiércoles de descuentos”, la promoción que devolvía hasta el 50 por ciento de las compras realizadas con las tarjetas del Banco Provincia en súper e hipermercados de toda la Provincia.



 

Domingo 10 de noviembre de 2019.

La promoción se implementó en junio de 2017, ni bien comenzada la campaña de cara a las Legislativas de ese año, primera prueba de fuego de Cambiemos en la cima del poder. Por entonces, el reembolso tenía un tope de 1.500 pesos por mes. Fue una excelente estrategia de campaña, pero reveló en toda su dimensión la crisis: de inmediato se generaron colas interminables en todos los supermercados de la Provincia.

Según datos oficiales, más de 600 mil clientes -mayormente empleados públicos y jubilados- aprovecharon la promoción: realizaron casi 800 mil compras de un valor promedio de 3.300 pesos. El costo para el Banco fue de cerca de 5.600 millones de pesos.

Vidal ordenó a los directores del Banco Provincia, que responden mayormente al Gobierno, reeditar la promoción en 2018 y en 2019, a pesar de las objeciones de la oposición, que consideraba que se utilizaba el patrimonio del banco con fines electorales. Algo de razón tenían: consumada la derrota en las urnas, no volverá a extenderla.

Así quedó plasmado ayer mismo, según confirmaron fuentes del directorio al portal Infocielo, luego de que los representantes del oficialismo ni siquiera propusieran la vuelta de los “supermiércoles”.

Es que ahora Vidal apuesta a esa caja para que la saque del rojo financiero de las cuentas provinciales, como admitió el Jefe de Gabinete, Federico Salvai, esta misma semana, y como había adelantado el ministro de Economía, Damián Bonari, que propuso “reperfilar” la deuda de la Provincia con el BAPRO.

No sólo la política cuestionaba los supermiércoles. Guillermo Siro, presidente de la Confederación Económica de la Provincia, sostuvo que esa política fue un “traje a medida” de las grandes superficies comerciales, como súper e hípermercados, y que dejó afuera a los pequeños y medianos comercios, en un contexto crítico para la economía del país.

“Claramente fue desarrollado para los grandes y por los grandes. Fue un traje a medida para las grandes superficies. Esto es como las licitaciones: son públicas, pero a los pliegos los arman dos”, relató el empresario en diálogo con “Todo no se puede”, al aire por La Cielo, FM 103.5. “A estos pliegos los armaron los grandes y los requisitos eran incumplibles para un supermercado de barrio”, insistió.