25 abril 2024

Cambio climático: NO HAY PLAN B


Un grupo de científicos de todo el mundo alertó por "un sufrimiento humano no revelado" si no se aplican importantes cambios en las actividades a fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y otros indicadores relacionados con cambio climático.

Sábado, 9 de noviembre de 2019.

"A pesar de 40 años de negociaciones mundiales importantes, hemos seguido haciendo negocios como de costumbre y no hemos logrado abordar esta crisis”, denunció el profesor de Ecología en la Universidad de Oregon William J. Ripple, uno de los que dirigieron el equipo de científicos. “El cambio climático ha llegado y se está acelerando más rápido de lo que muchos científicos esperaban", agregó.

En un artículo que publican en la revista “BioScience”, Ripple y su colega Christopher Wolf, junto con más de 11 mil signatarios científicos de 153 países, declaran una emergencia climática acompañada por gráficos que muestran tendencias como signos vitales para medir el progreso y proporcionan un conjunto de acciones de alivio efectivas.

Señalan como fundamental aplicar prácticas masivas de conservación; reemplazar los combustibles fósiles con energías renovables y dejar las reservas restantes en el suelo; eliminar los subsidios a las compañías que produzcan combustibles fósiles e imponer tarifas de carbono lo suficientemente altas como para restringir el uso de combustibles fósiles.

También señalan a los contaminantes de corta duración y demandan que se reduzcan con rapidez las emisiones de metano, hollín e hidrofluorocarbonos, entre otros. De este modo, indican, se podrá reducir la tendencia al calentamiento a corto plazo en más del 50% durante las próximas décadas.

Además recomiendan restaurar y proteger ecosistemas como bosques, praderas, turberas, humedales y manglares, y permitir que una mayor parte de estos ecosistemas alcance su potencial ecológico para secuestrar dióxido de carbono atmosférico, un gas de efecto invernadero clave.

Por otro lado sugieren comer más vegetales y menos productos animales para reducir dramáticamente las emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero y liberar tierras agrícolas para el cultivo de alimentos humanos en lugar de alimentos para el ganado.

También la consideran fundamental la reducción del desperdicio de alimentos, ya que recuerdan que al menos un tercio de todos los alimentos producidos terminan como basura.

Respecto a la economía, proponen una reconversión para abordar la dependencia humana de la biosfera y alejar los objetivos del crecimiento del producto interno bruto y la búsqueda de la riqueza.

Luego consideran clave estabilizar la población humana, que aumenta en más de 200 mil personas por día, al tiempo que piden enfoques que garanticen la justicia social y económica.