Sábado 27 de abril de 2019.
El estado es cómo un árbol o al menos debería serlo. Las raíces marcan en dónde se crece, cómo y de qué se nutrirá. El tronco da y mantiene la estructura. Con sus ramas sustenta y comunica a todas sus hojas entre sí.
La génesis de todo comienza allí abajo y se expresa en el mundo visible. Las hojas harán lo suyo aportan la energía a toda la maquinaria.
Argentina es un árbol de cabeza. Hojas bajo la tierra en dónde trabajar es imposible. Sólo algunas logran asomar unas pequeñas partes en una tarea agónica. El tronco conductor y pasivo aún no sabe qué hacer porque nunca hizo nada y sólo sabía vivir de las hojas. Las raíces, desnudas y a ojos vista muestran que enviaron a todo un árbol en la dirección opuesta.
Ahora bien, las hojas no iremos a ningún lado. Estamos aquí y necesitamos un nuevo tronco con buenas raíces. Puede hacerse. En éste bosque hay muchos árboles verdes creciendo; muchos al norte y sin ir más lejos uno del otro lado de aquella montaña. Claro que podemos subsistir solos aunque el bosque nos brinda protección y posibilidades.
Existe una raíz llamada liberalismo dónde, pese a la verticalidad vegetal, en sus cohortes reina la horizontalidad y libertad. Promete un tronco austero, fuerte, autorregulador y de bajo consumo cómo los árboles longevos.
Siempre se estará a tiempo pero hoy soy yo quien está aquí pidiendo su apoyo para regar éste brote que propone una mayor importancia para sus hojas y no negocia su raíz.
Adrián Héctor Pittatori
27.204.997
